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Opsydia: esta startup descubrió que esconder códigos en los diamantes servirá a la computación cuántica


Si alguna vez compraste un anillo de compromiso, o cualquier otra joya con diamantes, es probable que conozcas las “cuatro C”: quilates (carat), corte, color y claridad, que entre sí determinan la calidad de una gema. La quinta C no oficial es la certificación: un documento de una autoridad independiente que valida las cualidades y la autenticidad de una piedra. Ahora, sin embargo, una startup británica se propone aportar otra C a la mezcla: el código.

Opsydia, una compañía creada en 2017 a partir de una investigación realizada en la Universidad de Oxford, es pionera en la inscripción por láser de códigos identificadores casi invisibles, lo que denomina “nanoidentificación”, en el interior de los diamantes.

Qué son los códigos de nanoidentificación en los diamantes

Cada nanoidentificación consiste en una serie de puntos de tamaño submicrónico que se imprimen a una quinta parte de un milímetro por debajo de la superficie de la gema, formando un código numérico vinculado a documentos oficiales de certificación o, cada vez más, a ledgers (monederos de criptomonedas) de blockchain.

Lo más importante es que una identificación de este tipo no se registra como la clase de grabado que afectaría la calidad de una piedra. Para detectar estos códigos subsuperficiales se necesita una ampliación visual de al menos 200x y una iluminación diseñada específicamente para ello. A modo de comparación, los especialistas de los laboratorios de graduación de diamantes trabajan con aumentos de entre 40x y 80x; una lupa de joyero ofrece considerablemente menos.

“Dado que los puntos miden menos de una micra en todas las dimensiones, es increíblemente difícil describir el tipo de cambio físico que se produce: es casi como no hacer nada”, comenta Lewis Fish, jefe de producto de Opsydia, apuntando a un diamante de cinco milímetros inscrito con una nanoidentificación. “Lo enviamos a comprobar a uno de los principales laboratorios de clasificación, y aunque sabían que el código estaba ahí, no lo encontraron”.

Utilizar tecnología láser para inscribir códigos diminutos e incluso logotipos en los diamantes no es una novedad en sí. Normalmente se colocan en el filetín de la piedra, una banda estrecha en el perímetro exterior que divide las secciones superior e inferior, y los laboratorios de graduación y otros proveedores los han ofrecido desde los ochenta. Pero la colocación de los códigos en la superficie es también su punto débil: podrían borrarse. Además, una vez incrustados en una pieza de joyería, quedan ocultos.

La proliferación de la tecnología láser, por su parte, significa que los malos actores pueden inscribir códigos falsos, por ejemplo, asignar un número de serie que identifique erróneamente una piedra de mayor calidad, o incluso etiquetar un diamante cultivado en laboratorio como natural, además de versiones falsificadas de logotipos de laboratorios e instituciones oficiales.

El origen ético de un diamante, inscrito con rayos láser

Close up de los diamantes grabados con lser de Opsydia

Cada nanoidentificación de Opsydia consiste en una serie de puntos de tamaño submicrónico, grabados a un quinto de milímetro por debajo de la superficie de la gema.

Cortesía: Opsydia.

En cambio, como la tecnología de Opsydia coloca la inscripción bajo la superficie, queda supuestamente fuera del alcance de los estafadores. A los clientes de la industria, como son marcas de joyería, fabricantes y laboratorios de clasificación, se les entrega una máquina del tamaño de un piano a un costo de unos 524,000 dólares (400,000 libras esterlinas).



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