Tecnologia

Por qué OpenAI no cotiza en la bolsa como si lo hace Nvidia, su competencia en el desarrollo de IA


OpenAI es una de las empresas referentes en el desarrollo de tecnología con inteligencia artificial. (Foto: REUTERS/Dado Ruvic/Illustration)

Las razones por las cuáles OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT y otros desarrollos con inteligencia artificial (IA), ha sido renuente a cotizar en bolsa de valores, como lo hace su competidor Nvidia, han sido aclaradas por su director ejecutivo, Sam Altman.

Sam Altman, en varios momentos, ha dicho que la compañía no planea salir a bolsa en un futuro cercano. Explicó que la organización prefiere seguir siendo privada para tener una mayor libertad en sus decisiones estratégicas.

El director ejecutivo argumentó que desarrollar superinteligencia podría conllevar decisiones que los inversores públicos no comprenderían o aceptarían fácilmente. Destacó que es probable que algunas observaciones no sean del gusto de inversionistas del mercado público que podrían amenazar el rumbo de la compañía.

Cada uno de estas dos empresas innova en inteligencia artificial. (Foto: OpenAI y Nvidia)

OpenAI no cotiza en bolsa porque quiere permanecer como una compañía privada. La distinción entre ser una compañía privada y una de capital abierto es fundamental para comprender el enfoque de Altman.

La estructura de OpenAI como empresa privada le otorga una serie de ventajas significativas. No está sujeta a las estrictas regulaciones y normativas que aplican a las compañías públicas.

Esta flexibilidad legislativa y normativa permite una mayor agilidad en la toma de decisiones, facilitando la rápida adaptación a los cambios en la industria de la IA.

Además, los tiempos y costos asociados con la cotización en bolsa se eliminan, permitiendo que los recursos se empleen de manera más eficiente en investigación y desarrollo.

OpenAI ha colaborado con otros referentes tecnologícos. (Foto: EFE/ Wu Hao)

OpenAI ha logrado mantener un robusto apoyo financiero de inversores privados. Microsoft, por ejemplo, ha invertido más de 10 mil millones de dólares en OpenAI, consolidando una relación de colaboración estratégica crucial para ambos.

Este respaldo financiero permite a OpenAI no depender del capital obtenido a través del mercado de valores, proporcionando una estabilidad económica que impulsa su agenda de innovación sin las interrupciones típicas de las compañías públicas.

La estrategia de mantenerse privada no es única de OpenAI. Otros sectores tecnológicos han seguido caminos similares en momentos clave de su desarrollo.

Con la compra de Twitter ahora llamada X , por parte de Elon Musk, se convirtió en una empresa privada. (Foto: REUTERS)

Un ejemplo reciente es Twitter, ahora X, que regresó a la esfera privada tras su adquisición por Elon Musk. Este movimiento permitió a Twitter realizar cambios significativos sin las limitaciones del escrutinio público constante.

Por el contrario, las compañías que cotizan en bolsa operan bajo una vigilancia continua de accionistas y reguladores, lo que puede obstaculizar la implementación de decisiones audaces o poco convencionales.

Nvidia, uno de los principales competidores de OpenAI en el campo de la IA, ha elegido cotizar en bolsa y ha logrado un crecimiento significativo, pero a costa de estar sujeta a las expectativas y demandas del mercado de valores.

Nvidia es popular por sus trabajos con robots automatizados. (Foto: REUTERS/Ann Wang/File Photo/File Photo)

Al emitir acciones en el mercado público, la empresa puede recaudar fondos significativos que son utilizados para financiar investigaciones, desarrollar nuevas tecnologías y expandirse a nuevos mercados.

Las implicaciones positivas de cotizar en bolsa incluyen una mayor visibilidad y credibilidad. La empresa se beneficia de la atención de analistas financieros, medios de comunicación y grandes inversores institucionales, lo que puede aumentar su reputación y confianza en el mercado.

Por otro lado, cotizar en bolsa también conlleva desafíos y obligaciones. Nvidia tiene que cumplir con estrictas regulaciones y normativas, lo que incluye la divulgación periódica de informes financieros y auditorías externas. Además, está sujeta a la volatilidad del mercado, donde factores externos pueden afectar el valor de sus acciones.

La postura de OpenAI ha generado diversas opiniones dentro de la industria tecnológica y financiera. Algunos expertos apoyan la decisión, argumentando que la independencia de los intereses del mercado bursátil puede conducir a innovaciones más disruptivas y éticamente alineadas con el bien común.

Otros, sin embargo, creen que la cotización en bolsa podría proporcionar una mayor transparencia y acceso a un capital aún mayor, acelerando así los avances tecnológicos.



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