📢 Sentimental 👀

Me declaré a mi psicóloga… ahora me siento como un pelotudo


Nuevo Invento: Me Declaré a Mi Psicóloga… Ahora Me Siento Como un Pelotudo

En un momento de vulnerabilidad y desconexión emocional, puede ser tentador buscar consuelo en la persona que parece entendernos mejor que nadie: nuestra psicóloga. Sin embargo, como descubrí por las malas, confundir la empatía y la atención profesionales con sentimientos románticos puede llevar a situaciones incómodas e incluso dañinas. En este artículo, exploramos el fenómeno de “Me declaré a mi psicóloga” y por qué aquellos que lo han hecho a menudo se sienten como un “pelotudo” después.

La Relación Terapeuta-Paciente: Límites Importantes

Una de las razones principales por las que declararse a tu psicóloga puede ser un error es el límite ético que existe entre terapeutas y pacientes. Esta frontera no solo protege al paciente de posibles explotaciones sino que también asegura que la terapia se mantenga como un espacio seguro y objetivo para el crecimiento personal. Cuando estos límites se difuminan, la efectividad del tratamiento puede verse comprometida.

Amor No Correspondido y Sentimientos de Vergüenza

Otro aspecto a considerar es el desequilibrio emocional que puede ocurrir cuando un paciente desarrolla sentimientos románticos hacia su terapeuta. Dado que la relación es inherentemente desigual, hay una alta probabilidad de que estos sentimientos no sean recíprocos, lo que puede llevar a un profundo sentimiento de vergüenza y rechazo. Entender que esta atracción es común, y a menudo una proyección de necesidades emocionales no satisfechas, es crucial para superar estos sentimientos.

Cómo Lidiar con las Consecuencias

Si te encuentras en la situación de haber declarado tus sentimientos a tu psicóloga y ahora te sientes como un “pelotudo”, es importante recordar que no estás solo y que tus emociones son válidas. Aquí hay algunos pasos a seguir:

  • Reconoce tus sentimientos: Es normal sentir vergüenza o arrepentimiento, pero es importante no dejarse consumir por estos sentimientos.
  • Comunícate abiertamente con tu terapeuta: Si es posible y adecuado, discute estos sentimientos con tu psicóloga. A menudo, pueden ser una fuente valiosa de apoyo y orientación en cómo manejar estos sentimientos.
  • Considera la posibilidad de cambiar de terapeuta: Si la situación ha comprometido seriamente la relación terapéutica, podría ser beneficioso buscar un nuevo profesional que pueda ofrecer una perspectiva fresca.

En conclusión, mientras que el “nuevo invento” de declararse a la psicóloga puede parecer una salida en momentos de vulnerabilidad emocional, es fundamental recordar los límites que existen por una razón. Comprender y abordar los sentimientos subyacentes es clave para superar la vergüenza y seguir avanzando en el viaje hacia el bienestar emocional.

"Debo decirte que ansío mucho nuestras sesiones, hablar contigo, y me encantan esos pequeños intercambios por email que tenemos a veces. Pero sé que nada es real: tu trabajo es preocuparte por mí; y yo, más que una terapeuta, busco que alguien me dé atención".

La Jo me miraba con la cabeza inclinada y asentía de vez en cuando. Ha sido la terapia más seria que hemos tenido desde que comenzamos hace cuatro meses. La busqué para que me ayudara a resolver ciertos comportamientos que no vale la pena detallar aquí, y desde entonces hemos tenido conversaciones en las que abunda la risa. Y créanme: la sonrisa de la Jo lo es todo.

Siempre me han gustado las mujeres bellas. Siempre. Y ella lo es. Nuestras sesiones son virtuales, pero se nota que es delgada. Blanca. Pelo largo. Y como lo mencioné: muy risueña. Yo tengo 31 años, pero ella está más cerca de los 40. No les voy a mentir: pese a que revisé sus antecedentes profesionales, la terminé eligiendo simplemente porque me pareció guapísima.

"No quería confesarte todo esto", le dije. "Quería mantener la ilusión de que solo soy un hombre que se siente atraído por una mujer a la que, creo, le gusta hablar conmigo. Pero en el fondo sé que no es real. Sé que te interesas por mí porque soy tu paciente, porque te pago, y sin ese intercambio monetario no estarías hablando conmigo. Y también sé que, probablemente, lo que siento tampoco es real. Porque me ha pasado antes. ¿Por qué no elegí a un psicólogo? ¿Por qué no elegí a una psicóloga más vieja? Pero te elegí a ti porque eres linda. Y cuando tuvimos nuestra primera sesión comprobé que no eras linda, sino hermosa. Y que además eres simpática e inteligente. ¡Y además te gusta el cine como a mí! Debí buscarme una psicóloga fea. No me gustan las mujeres feas".

Se puso a reír con fuerza.

Hace casi cuatro años mi polola terminó conmigo de forma sorpresiva. Era mayor que yo, profesional, inteligente, linda y simpática; rasgos muy parecidos a los de Jo. Ha sido mi gran amor y nuestra relación, que duró casi dos años, rozaba el ensueño. Me admiraba, le daba seguridad, y a menudo me decía que era el hombre más inteligente que había conocido. Por eso, las palabras que usó al terminar la relación siguen escociendo hasta hoy. "¿Cómo voy a proyectarme con un hombre al que no admiro? No soy tu mamá como para decirte lo que tienes que hacer. Ya no siento lo mismo que antes. Ya no te amo".

"Cuando me haces reír, cuando intentas llamar mi atención, de alguna manera buscas redimirte", me explicó Jo. "Quieres volver a sentirte suficiente. Quieres volver a sentirte capaz de llamar la atención de una mujer del mismo nivel de tu ex". Así como Tony Soprano buscó en terapia una madre, al parecer yo busco una mujer que vuelva a hacerme sentir que valgo la pena.

Me sentí un pelotudo y me arrepentí de haberle dicho todo esto.

Ahora no sé cómo encarar las próximas sesiones. Jo me dijo que en la próxima reunión hablaríamos mucho sobre esto, pero que no tuviera miedo, que no iba a dejar de tratarme: "Intentaré buscar la forma de usar esto estratégicamente en la terapia".

¿Yo? Desearía haberme quedado callado y continuar disfrutando de ese intercambio por mail una vez por semana.

Al fin y al cabo me daba lo que quería: me hacía sentir especial.


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43 Comments

  1. Uff compañero, qué historia, es dificil en verdad por lo que estás pasando pero qué te puedo decir, o sea, lo tienes más claro que nadie y creo que aquí solo estás buscando desahogarte un poco de toda esta carga. Yo te aconsejo ver que nuevo rumbo toman tus terapias y si no te termina de convencer, cortar por lo sano no más, solo te ilusionaste con una mujer para poder sentirte bien contigo mismo otra vez… un abrazo compa.

  2. Tómalo como un aprendizaje. Te puede agradar alguien, o gustar, pero si sabes que no va a llevar a nada, para la próxima te lo guardas no mas. No somos lo que pensamos, somos lo que actuamos.

  3. Es súper común no te sientas mal. La realidad es que le pasa a todos los psicólogos y psicólogas. Es difícil no encariñarte con alguien que pregunta cómo estás, te trata bien, intenta ayudarte y te conoce a un nivel tan íntimo.
    Lo que sucede es que a veces dicen que te harán interconsulta con otro profesional.
    Desconozco si será el 100% de los casos y qué pasa si no hacen eso.

  4. Es bonito tener ilusión de un amor, y encontraste en tu psicóloga característica de tu ex, pienso que deberías hablar con ella en el sentido que si es posible terminar las sesiones y te recomienden otro profesional y abordar una posible amistad con ella! O no es posible aquello?

  5. Usted ha infringido una de las reglas universales del ligoteo:

    “Jamás le meta conversa a mujeres que literalmente les están pagando para aguantar a weones” Ejemplo: vendedoras, personal que atiende, profesionales que están entregando un servicio, etc.

  6. Es súper normal que te sientas así, sin embargo, desde una perspectiva profesional como psicólogo ten en cuenta que ética y moralmente tu psicóloga no puede tener absolutamente nada contigo, así que es probable que o te ayude desde una perspectiva más estratégica de este evento o tenga que derivarte.
    Por esto mismo como mini consejo, intenta verla como profesional y no como persona o mujer, es tu psicóloga, le estás pagando para poder ayudarte y hacer un tratamiento, si consideras que ella te está beneficiando y es buena psicóloga, no pierdas eso y si te cuesta mucho pídele una derivación porque sería lo más beneficioso para ti.

  7. Anda a un siquiatra, y que sea hombre.

    Si elegiste a tu psicóloga por su apariencia por sobre sus capacidades, y coincide con la edad de tu ex, claramente tienes un problema mayor.

  8. es normal, se llama transferencia erótica. y no, no estás enamorado de ella, es un espejismo, depende de cómo resolviste tu edipo con tu mami. Te enamoras de un fantasma que proyectas sobre ella, que es tu propia alma. A la Jo real no la conoces. Aprende de esto, te enseñará mucho de quien eres.

  9. Hubo un tiempo que me pasó con mi psicologo, pero no dije nada, y con el tiempo y con toda la sarta de cosas que le cuento, se me fue pasando solita el amor que le profesaba. Supongo que es algo normal al principio.  Aparte que muy psicologos pueden ser pero eso no quita que sean personas y en toda relacion todo es miel y rosas al principio, incluso en la relación terapeutica que parece adecuarse a ti.

    yo lo tomaria como oportunidad y con vergüenza y todo iria igual, por ultimo pa decirle que te da vergüenza. 

    animo, me gustó tu relato, escribes bonito 🙂 

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