Es mi primer relato, espero que os guste y lo disfruten.

Prólogo: Cazador Cazado.

El sargento Marcus sentía cómo sus piernas ardían mientras él y su escuadra corrían a través de los pasillos oscuros y polvorientos de la escuela. El sonido de los pasos pesados detrás de ellos era imposible de ignorar.
Habían tenido suerte al encontrar un montón de suministros intactos en el hospital y una suerte terrible al intentar volver al punto de encuentro, se habían cruzado con uno de los angeles caídos. Habían tenido que dejar los suministros y ya había perdido a dos hombres mientras intentaban escapar.

A cada segundo, el Marine traidor, de la más brutal de las legiones: los Devorador de Mundos, se acercaba más. Cada impacto de sus botas hacía temblar el suelo y resonaba como un presagio de muerte.

-¡Tenemos que seguir hasta el punto de repliegue!-gritó Marcus-.

Esperaba insuflar ánimos, más a el mismo que a sus hombres, aunque no lo consiguió, su voz salió entrecortada por la falta de aire.

Faltaba poco para llegar al punto de encuentro, allí los tanques Leman Russ despedazarian a su cazador. pero antes tenían que llegar allí, y dudaba de que llegaran.

El Devorador de Mundos no les daba tregua. Vestido con su armadura escarlata, cubierta de cicatrices y sangre seca, era una fuerza imparable. Estaba cerca, su hacha sierra rugía detrás de ellos, lista para destrozar todo a su paso. Los guardias estaban agotados, habían estado huyendo durante horas, y sus cuerpos se movían casi por puro instinto.

El pasillo estaba cortado por escombros.
-Por aquí!-gritó uno de los soldados señalando un aula a un lado del pasillo.

Marcus dudó, pero sabía que no tenían muchas opciones. Ya no podían seguir corriendo, el cansancio los estaba venciendo. Sin pensar más, se desviaron, entrando en la habitación desmoronada y atrancando la puerta lo mejor que pudieron.

Sus respiraciones eran agitadas, las piernas les temblaban, pero sus manos tras años de entrenamiento seguían firmes mientras levantaban sus rifles láser, apuntando hacia la puerta. La Cadiana Julieta recito con voz entrecortada:

-En la luz del Emperador, encontramos nuestro camino, en la oscuridad de la guerra, hallamos nuestra fuerza. Que nuestras armas sean certeras y nuestras almas firmes, que el Emperador proteja a los fieles y destruya a los herej…

Un golpe sordo sacudió la puerta. El segundo golpe la arrancó de sus bisagras. La figura gigantesca del Devorador de Mundos llenó el umbral. Sus ojos brillaban con una furia asesina, y su risa distorsionada resonaba como un rugido de pura locura.

-Fuego!!
Ordenó Marcus, y los cinco guardias abrieron fuego con sus rifles láser. Las descargas impactaron en la armadura del Marine traidor, apenas dejando marcas en el metal. El Devorador de Mundos avanzó sin vacilar, su hacha sierra alzada. Un solo movimiento y dos de los guardias cayeron, despedazados en un baño de sangre. El caos se desató en la sala, y los hombres restantes intentaron retroceder, disparando desesperadamente mientras el monstruo los cazaba uno por uno.

Marcus quedó solo, temblando, su rifle láser descargado. El Marine traidor se volvió hacia él, el brillo de la muerte en su mirada. Con una lentitud cruel, alzó su hacha sierra una vez más, listo para acabar con el último guardia.

-Sangre para el Dios de la Sangre cráneos para el trono de craneos-Susurro gluturalmente.

Marcus cerro los ojos, que vida tan estúpida su Padre tenía razón.

Pero entonces, un estruendo sacudió la sala. Un disparo de bolter atravesó la pared lateral, impactando directamente en la espalda del Devorador de Mundos y haciéndolo tambalear. Marcus no pudo evitar mirar hacia la nube de polvo y escombros que llenaba el aire. A través del humo emergió una figura imponente, un hombre que rivalizaba en tamaño con el Marine traidor.Aunque iba semidesnudo, pero su presencia era igual de aterradora. Empuñaba un bolter antiguo, gastado por los años pero letal en sus manos.

El gigante no dudó un segundo. Cargó contra el Devorador de Mundos, lanzandole el bolter a la cabeza, que rebotó de forma cómica, el Devorador acepto el desafío enfrentándolo en combate cuerpo a cuerpo soltando el hacha sierra, honor entre monstruos. El gigante semidesnudo fue directo, agarro las piernas del traidor, los dos cayeron en un revoltijo de piernas y brazos. El angel Carmesí quedó arriba y el misterioso salvador agarro el ancho cuellos del traidor con sus gigantescas manos.El traidor, renunció al honor, con los ojos saliendole de las orbitas sacó un cuchillo enorme, buscando apuñalar al hombre en el abdomen.

Marcus, sin saber de dónde sacaba el valor, disparó con su rifle láser descargado en un intento desesperado de distraer al Marine. El clic seco de su arma fue suficiente para desviar la atención del Devorador por un segundo. Y ese segundo fue todo lo que el gigante necesitó.

Con un giro brutal, el hombre atrapó la cabeza del Devorador de Mundos con sus piernas y, con un chasquido seco y espeluznante, le partió el cuello. El Marine traidor cayó al suelo como un muñeco roto, su vida extinguida en un instante.

Marcus, aún jadeando y lleno de incredulidad, miró al hombre que lo había salvado. Era gigantesco, de una estatura que solo había visto en los Astartes, pero su rostro era humano, marcado no por la guerra, sino por una vida simple.

-¿Quién… quién eres?-preguntó, sin aliento.

El gigante se encogió de hombros, con una calma sorprendente.
-Soy el conserje. Me desperté y ya no había nadie en la escuela. ¿Qué está pasando?

Marcus parpadeó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.
-Los Devoradores de Mundos están invadiendo el planeta… y la mitad de la Guardia, como mínimo, se ha rebelado… Buscábamos suministros y…

El hombre asintió lentamente, como si eso lo explicara todo.

-Bueno al menos no tendré que limpiar esto- sonrio señalando con la cabeza al traidor.