Advertencia: Lo que se puede leer en los relatos no busca ser real ni promover algún mensaje. Es una obra sin un propósito más allá del entretenimiento y la cuestión. Si son personas sensibles o con algún tipo de implicación emocional no les aconsejo leer.

Aly observaba a la nada mientras preguntó por algo, ¿qué tienes ahora por preguntar?… ¿Estás bien?
Había algo ciertamente, vacío, no lo sé, su persona ya no era tan alegre, pero seguía sonriendo porque en el fondo seguía pensando que si se tenía a ella misma estaría bien, después de todo es uno mismo quien da un propósito a su vida.

Aly se cuestionaba sobre todos aquellos malos ratos, su mente estaba ciertamente quebrajada, los brotes estaban consumiendo gran parte de su cuerpo mientras se sentía algo insípida, alegaba que le hacía falta algo, aún esperándote por tanto tiempo… Ella ya no te quería, prefería creer que ya no existías o que de plano estabas muerto, fuiste una vil persona, leíste su dolor, siendo o no real; odió pensar que la abandonaste de una forma tan rastrera al solo limitarte a leer esto. Lo sé, suena cruel, la pobre adolescente está mal, deberías dejar que me encargue… Es doloroso pensar que una persona que no le deseaba mal a nadie ahora prefiera olvidar que existes solo porque se siente rara.

En el momento donde creces vas perdiendo el brillo de tu niñez, te empiezas a sentir vacío en cierto modo, ya nada volverá a ser igual y Aly ahora lo sabía, miraba al vacío mientras seguía sonriendo, pero, sabes a lo que me refiero cuando te digo que esa sonrisa busca un falso consuelo, aún sin leer sus pensamientos se podía sentir a la distancia.
Aly finalmente se levantó y decidió realizar algunas actividades rutinarias ciertamente diferentes a lo que hacía, se ponía a entrenar, luego se puso a grabar a unos muñecos de papel. “¿De dónde salieron?”, dije yo mientras me llamó la atención ver su curioso accionar, jugó con aquellos muñecos con tal de grabarlos, para ella los muñecos parecían tener vida propia y comportarse como personas. Esta conducta llamó mi atención y me puso a pensar en lo interesante que es esta forma de actuar, ¿convertir una realidad ficticia en algo qué crees real?, sonaba a algo un tanto macabro aún sin hacer alusión al sufrimiento, todo lo contrario, sonreía al verlos como si tuvieran una vida feliz, hasta a mí me conmovería reflexionar sobre esto, era como si creara su mundo feliz por medio de seres irreales con tal de desligarse del sufrimiento…

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Aly se encontraba comiendo una pizza fría ahora, platicaba consigo misma al aire, pero… Aquello ya no estaba, ¿a quién le hablaba?

Aly concluyó su conversación y se detuvo para pensar, aunque ya había concluido solo tuvo más dudas. Fue la primera vez que entré allí, entré atravesando una pequeña grieta por la que apenas se filtraba luz.

— ¿Tú?

Fue la primera vez que ella habló en voz alta, su voz sonaba algo raro, no era el dulce tono de una niña, ni el atractivo sonar de la voz de una mujer adulta, era más un extraño punto intermedio. Con frialdad me senté y le pedí amablemente un té, hoy no estaba dispuesto a verla sufrir, ya tuve que contarte cosas horribles…

Ella fríamente me dio un té, tal cual pedí, el té estaba negro. Pedí terma, ella trajo y se sentó mientras se armó su vaso de terma, evidentemente terma negra, la favorita de cualquier conocedor… Ja-ha, reí ligeramente y bebí, obvio también me tragué la taza de una sentada, no lo reprochó, así que le pregunté que pasaba.

Era fría y descarada en cierto modo, pero bueno, tenía cierto sentido, dijo algo de unos cincuenta y tantos días aislada, ¿tal vez más?

Recayó abruptamente y se puso a continuar su historia con aquellas figuras, había desarrollado dependencia hacia ellas, como si pretendiera que ni ella ni las figuras sabían que eran reales. En el lecho de negación sabía que no estaba bien, extendí mi alargada mano para tocarla, ella me miró sin alma, daba miedo. Continuó con esa mirada hasta que una expresión dejé salir, no tenía problemas después de todo, admiraba su vacío pero se sentía insípido hasta para mí, no era suficiente para satisfacerme y solo era un intento de transmitirme algo.

Conversamos acerca de la vida, ella me dijo que empezó a sentirse rara, por medio de las figuras retrataba sus emociones, había una, una adolescente similar a ella; era la protagonista, había sido su elegida para ser la más especial e importante, la más amada y única de entre todas las figuras, la que recibiría mayor afecto y buenos tratos. Sus actitudes me parecían artificiales, la mente humana no reaccionaría así, ¿por qué no se mató?, ella apelaba a la muerte después de todo, ella fue la que imploró odio hacia ti, ella es la que está dolida por todo esto… No, ella en el fondo lucha por preservar su pureza, su niñez, por eso no se mató, o eso quise creer.

La duda me mató, en el sentido literal, mi corazón no late y nunca lo hizo, nunca me interesó saber que era ser un vivo o un muerto, solo era yo.

Decidí marcharme, me esfumé sin que a ella le importe, las raíces se extendieron alrededor de casi todo su cuerpo, habían pocas zonas no cubiertas, era entendible ahora que eran esas raíces, bueno, siempre lo habían sido para mí. El castigo que podría caer sobre Aly sería mayor, entre las tinieblas susurré una oración cuyo contenido narraba el peso de desear algo más allá de lo humano o convencional, todos tienen límites, toda cosa y persona se rige por una limitante o carencia que los hace defectuosos, de ahí su término como mortal, dah.

Ah, y a Aly le gustan los tigres, mucho, tanto que tiene medias de tigres… ¿Qué?, ¿querías algo súper profundo?