Reflexiones Cristianas

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• Si quieres que Dios esté de tu lado, tú eres quien primero debes estar del lado de la justicia y de la voluntad de Dios.
• Muchos en su ignorancia buscan ser diferentes a los demás, pero en el afán de esas diferencias tan solo luego terminan siendo igual a muchos en el celo, en lo intolerantes y en lo violentos iguales todos en lo perverso mediocremente delante de Dios.  
• Si queremos ser árboles que den buenos frutos delante de Dios, primero debemos ser buena tierra para que crezca la semilla de la palabra, de la fe y del amor de Yahvé.
• Para fortalecerte primero debes aceptar y reconocer tu debilidad, porque no es fuerte el que solo lo cree sino el que desde sus caídas y debilidades aunque no gane, en el Espíritu Santo de Dios no lo han de vencer.
• No estar a favor de algo o de alguien no quiere decir que se esté en su contra, salvo ante el espíritu y la palabra de Dios, porque ante ella no se puede ser indiferente.
• El corazón de un hombre puede morir mucho antes de que este deje de latir, cuando el corazón de un hombre puede morir al momento en que siente odio y rencor, cuando pierde la fe en Dios y cuando ya no ha de sentir amor y perdón.
• Si por tener una jactanciosa y arrogante vanidad por lo que está mal alguna clase de personas me ha de valorar, prefiero entonces para esa clase de personas no valer nada y ser despreciado antes de ser tan vanamente valorado, para tener humildad y ser por Dios apreciado.
• No te mientas a ti mismo ni te dejes mentir por los demás, porque la humildad va por dentro eso es verdad, pero la humildad como la justicia ante Dios se llevan en las obras por fuera. Porque no creo que humilde por dentro sea quien riquezas por fuera sea que ostenta.
• Cuida tu lengua en el hablar como así en el callar, cuando está claro que hablar lo que no se debe es pecado, pero también lo es el callar lo que se debió haber dicho en el nombre de Jesucristo.
• El que mucho habla poco piensa, y sus palabras serán por carencia de contenido bastante huecas.
• No se puede considerar a una persona como justa o como injusta hasta que se halla conocido lo que es justo y lo que es injusto, además que nadie será juzgado sino hasta el día de su muerte, salvo la persona que peque en contra del Espíritu Santo. Además de que solo juzga a las personas Dios quien es de todos el Creador.
• Es preferible soportar un dolor y una reprensión provenientes de Dios, que alimentar tu ego con un gozo proveniente del engaño del pecado y de falsos seres humanos.
• No te vayas sin luchar, no renuncies sin antes pelear, de algo o de alguien que querías de verdad, salvo que siempre debes luchar con armas de justicia y de verdad que Dios te halla de dar, y una de esas armas es también la de dejar y aceptar que algo quede atrás.
• Si sientes que el Señor te dio algún don o alguna dádiva entonces se prudente y agradecido al emplearla, dando uso de ella ayudando en lo que puedas a quien lo halla de necesitar.
• La persona que vive soñando con el futuro o que se pasa el tiempo añorando el pasado, será una persona que no vive el día de hoy, cuando lo vive solo en los pensamientos pero que poco y nada hace en el presente por sí mismo y por la demás gente. Porque el día de hoy tiene sus propios problemas y afanes, por eso debemos dejar los problemas de mañana para mañana cuando ya sea el día de hoy, algo así nos dijo el Señor. El hombre precavido se preparara para mañana, el hombre sabio aprende del pasado, pero tan solo los vive hoy a ambos el hombre casquivano olvidando su presente, porque quienes confían en Dios en el día de hoy no temen el mañana, se arrepienten del pasado en sus pecados pero hacen, buscan y obran el bien en este día de hoy.
• Es cierto que todos tenemos problemas, pero eso no es excusa ni motivo para que con otros hallamos de desquitarnos, causándole más problemas a otros y a nosotros mismos, cuando incluso nos enemistamos con Jesucristo, porque esto hacen los pusilánimes y los cobardes que a sus problemas no los enfrentan ni por cobardes los aceptan.
• Algunos dicen que las espinas tienen rosas para ver de forma positiva algo que puede estorbar las cosas bellas de la vida. Pero la forma correcta de pensar es que bellas son las rosas a pesar de sus espinas, como uno debe aprender a ver la realidad en la vida, debemos aceptar y aprender que no hay guerras ni conflictos sin víctimas y sin heridas, mas de nosotros depende qué habremos de ver en lo que vemos, si las espinas en las rosas que nos alejen de flores tan hermosas, si a causa de su belleza no notemos las espinas y así con ellas nos lastimemos y nos provoquemos heridas, como si acaso pensemos que una guerra traerá paz y prosperidad a quienes la hagan y a quienes la hallan de apoyar, porque aunque a algunos pueda causarles beneficios en este mundo, no podrán negar delante de Dios las espinas que claven en su alma tales valores de perversos hombres, que buscan su bien a pesar del mal que a los demás les puedan llegar a causar, tratando de buscar beneficio en lo que encierre maldad.
• Victimas y heridos hay en ambos lados de una batalla mundana, por eso el que pelea con armas de guerra, de odio y de rencor nunca puede ser justo ni inocente delante del juicio del Señor.
• Cuidado debemos tener porque espinas aunque bellas tienen las rosas, así y como por estar obnubilados podemos lastimarnos con las cosas hermosas por no tener de ellas ningún cuidado ni ninguna clase de recaudos.
• ¿Quién dijo que belleza es sinónimo de bondad y de felicidad? Seguramente alguien que no ve la belleza en gente buena ni en las cosas simples que en la vida, Dios nos puedan dar una eterna felicidad.
• Después de una guerra, después de un incendio las flores a crecer volverán, así y como después de la desolación en Dios la fe puede volver a crecer en cualquier hombre que se acerque con verdad a su Creador.
• Alimentar debemos siempre con buenos sentimientos al corazón de un modo sincero, sino anémico estará el alma de todo buen sentimiento del cual debe nutrirse como alimento, si es que no nos alimentamos de amor, de perdón ni de la palabra de Dios. Alimentemos nuestra humildad reconociendo nuestros pecados y nuestro error, que necesitamos de Jesucristo para nuestra salvación, y que no creamos que nos salvamos a nosotros mismos solo por el hecho de que con mi criterio es que una religión es que elijo yo.
• Alimentémonos de amor amando, alimentémonos de perdón perdonando, porque sino alimentaremos nuestra lengua de vanidad tan solo hablando…
• Es el creer toda palabra de Yahvé alimento para la fe, es debilidad para la justicia del corazón la duda y el pecado que nos llevará por caminos malos y equivocados, cuando a nuestro corazón al sentir hambre y necesidad espiritual nos lleve la duda a alimentarnos de la chatarra que ofrecen religiones y muchos farsantes que de justos se disfrazan pretendiendo alimentar con la mentira y con la nada a sus hambrientas almas.
• Tomando la cruz de Jesús aumentará  nuestra espalda de dolor, pero a su vez aumentará de justicia nuestro camino y nuestro corazón delante de los ojos de Dios.
• Alimentarnos debemos con alegría y con esperanza, con fe y con justa confianza, pero ¿En qué o en quien alimentaremos a nuestra alma? Claro que en Dios porque obeso de mentira y de pecado está quien se alimenta de las mesas de religiones, por seguir un camino equivocado de infames hombres.
• Alimentemos cada día nuestro corazón con la palabra, con la fe y con el amor del Señor.
• No quiero ser parte del pecado ni del camino equivocado de nadie, aún y cuando por sí misma esa persona ese camino estuviere tomado, porque yo no quiero ser una mancha en su alma ni una lágrima que le dé pena cuando tome o recobre el juicio y la conciencia y yo sea parte de lo que se arrepienta de las cosas que le duelan, por eso sé que peca en contra de una  persona y en contra de sí mismo quien se llega a una ramera, porque cuando esta se arrepienta y de su pecado se duela, entonces seríamos parte de su dolor y de su pena.
• Que nuestro propio dolor no nos sea como una venda que para los ojos ni para el corazón impida ver el dolor de nuestros hermanos todo a nuestro alrededor, que nuestro propio gozo y satisfacción tampoco sea venda a los ojos para no ver la pena y el dolor de nuestros hermanos cuando sufren a nuestro alrededor. Porque grave pecado es contra nuestro prójimo y en contra de Dios la ceguera de los ojos y la dureza del corazón por la causa que fuera, ante el dolor de los que sufren a nuestro alrededor.
• Como aún y en medio de los tormentos de la cruz se acordaba de los demás nuestro Señor Jesús, ese ejemplo nosotros debemos tomar, cuando aún y en nuestros propios tormentos saber debemos que otros sufren menos, igual o más que nosotros, no como un perverso consuelo, sino para que consientes seamos de tales hechos y que no somos los únicos que sufrimos y que en la vida lloramos. Más sublime será el hecho de que una persona en medio de su propio dolor se acuerde de los otros que sufren, siendo esto un gran galardón delante de los ojos de Dios.
• Es preferible estar o sentirse enfermos en el cuerpo y en el exterior ante las personas, que estar o sentirse enfermos en el alma y en los sentimientos del corazón delante de Dios.
• Sería preferible la enfermedad del cuerpo incluso que a la salud, si es que la enfermedad a Dios nos ha de acercar, mientras que en la salud tan solo tomaríamos las fuerzas para seguir un camino que nos haría pecar todavía más, por eso curemos primeramente nuestra alma para que luego el cuerpo nos sea para el bien y no para el mal instrumento.
• Se dice que cuando se vea a un hombre que hace bondad lo imitemos, también se dice que cuando se vea a un hombre malo a nosotros mismos nos examinemos, pero creo que antes de hacer esto debemos primero examinar como es nuestro criterio de lo bueno y de lo malo, para que en Jesucristo y en su palabra imitemos entonces lo que es verdaderamente bueno y rechacemos lo que es malo.
• No trates de mostrarme cómo es que soy yo, no me analices, porque será mejor para los dos que me muestres en realidad como es que eres vos y ambos como somos delante de Dios.
• En contra estoy de la pena de muerte, por eso a favor tampoco puedo estar de los asesinos ni de los criminales que ejecutan con pena de muerte a gente inocente robándoles, odiándoles o abortándoles.