Estoy en una situación muy difícil. Quizá me esté ahogando en un vaso de agua, o quién sabe.

Endeudado, ya había salido de varias cosas, pero como estuve sin trabajo más de un mes desde mayo, terminé agotando la indemnización que me pagaron en junio. Hasta aquí, todo aceptable. Ya estaba con el pendiente de que tenía que pagar cosas y estaba controlando mis gastos… hasta que volví a pedir otro préstamo en una plataforma que, yo ya había dicho que no usaría (Vana). Y todo por cubrir una tentación. No me gasté todo, pero desde que lo hice, todo se me empezó a torcer, al punto de que volví a topar mi tarjeta de crédito, la única que me quedaba, que la otra está en convenio, y ese préstamo que ya había pagado, volvió como deuda. No conforme con eso, todavía tenía pendiente el préstamo de mi carro, que ni estoy usando porque mi padre lo descompuso y nunca hizo por arreglarlo, y en fin… un cúmulo de deudas. Hasta aquí, lo he ido aguantando porque no me queda de otra, tengo que salir de ello. A eso sumarle que, la vivienda donde resido es rentada. Y quisiera decir que, porque es de un familiar mío, no tendría problema en pagarla; pero resulta que él es una persona narcisista que ha utilizado su poco poder adquisitivo para tomar ventaja de sus bienes y cobrarnos como si fuéramos desconocidos. Sé que no es su obligación, pero, en primer lugar, yo no tengo la culpa de los problemas que haya tenido con mi padre (su hermano), ni con mi madre. Pero el ayudar para él, desde un principio fue una ayuda en la que obtiene un lucro bastante alto.

La cuestión está en que, todo esto lo he ido aguantando y no me ha agobiado tanto como lo que me acaba de ocurrir.

Ya comprendí por qué no quería volver a tener sentimientos por nadie.

Resulta que, aproximadamente el 23 o 25 de julio, por azares del destino, conocí a una chica que no tenía esperado ni contemplado conocer. Y todo fue por una simple razón de trabajo. Requería que llenara una encuesta para calificar mi proceso de contratación y capacitación de mi (para entonces) nuevo trabajo. Durante ese momento, todo bien, ningún problema. No fue hasta que ya me tenía que despedir de ella porque ya había terminado lo que pidió, que ella me ve a los ojos y… ahí, justo ahí quedé totalmente enganchado. Al punto en el que exclamé “¡Qué preciosa esa mujer!”, y es que me cautivó a tal punto, que simplemente no me lo logro explicar.

La cuestión está en que a los días le volví a ver, me saludó y todo, pero no pude atrever a hablarme, aparte de que ya no tenía tiempo. Pero aquí es donde empieza todo: yo quería volver a hablarle, pero desaproveché esa oportunidad cuando todo estaba fresco. Me sentí mal y todo. Después de eso, ya no le volví a ver en semanas. La vi el 9 de agosto, pero no me atreví a decirle nada. Ya me empezaban a matar los nervios solo por el simple hecho de acercarme. Odio eso.

El problema aquí, es que empecé a desesperarme porque no la veía o no tenía la chance de seguir hablándole, como si ella fuera el único pez en el agua, hasta que el día 19 de agosto, la vi sola, le saludé, y mi corazón empezó a latir fuerte, empecé a ponerme nervioso, y fue cuando decidí intentar hablarle; pero esos malditos nervios que me dieron fueron tan traicioneros que, solo le dije que hacía algo de frío, le pregunté si estaba ocupada, y de ahí me fui, solo le dije que qué gusto me dio verla, y hasta ahí quedó. Ese mismo día la vi sola en su horario de almuerzo, pude haberme acercado a decirle algo, pero ya me había sentido mal por no haberle podido decir mayor cosa por los mismos nervios. Pasé cerca de ella solo para decirle “provecho”, ella me lo agradeció, siendo empática, lo sé, y ahí quedó. Me la volví a topar al buen rato, solo la vi, le sonreí, y ahí se acabó todo.

El día 22 de agosto, casi a final de mi turno, mientras estaba en un pequeño receso, la vi. Ella iba a sentarse junto con sus compañeros de trabajo. Mientras lo hacía, yo la vi, me le quedé viendo y ella me vio. Yo inmediatamente le dije “hola” alzando mi mano, a lo que ella respondió. Terminó mi receso, me levanto y paso cerca de ella. Yo la miro, ella me mira y me ve a los ojos, le sonrío y ella me sonríe también y solo le digo nuevamente “provecho”, asumiendo que comería en ese momento. Hasta ahí quedó todo.

Lo sé, me estoy fijando en cada detalle y cada cosa que ha pasado, y aunque no hay justificación alguna para que lo haga, la razón de por qué lo he hecho es porque, para mí, tener una relación ha sido imposible. Nunca he tenido una novia, cumpliré 32 años este sábado y de tantas cosas que he hecho, esto es lo único que ha sido imposible para mí. Y este es el punto al que quiero llegar: ya tengo demasiados problemas encima como para tener que haberla conocido y sentir todo lo que empecé a sentir por ella de la nada, cuando ni lo estaba pidiendo, y mucho menos sabiendo que todo esto que estoy relatando aquí volvería a repetirse. He intentado con todo el dejar de pensar demasiado en todo esto, e incluso en esta ocasión estoy consciente de que no la conozco, no sé nada de ella, solo su nombre. Y de todos modos terminé idealizando una potencial relación que, dadas las circunstancias, no se dará ni pidiéndoselo a Sheng Long, ni juntando la Trifuerza, ni mucho menos con las Gemas del Infinito ni las cinco partes de Exodia. Digamos que, si había algo de interés de su parte (que realmente lo dudo), la terminé ahuyentando.

La cuestión es que, no vengo a pedir consejos. Solo quiero desahogarme. Lo único que me ha mantenido tranquilo (por un tiempo) es que, desde que empezó este año, empecé a hacer ejercicio por decisión propia, aparte de que soy diabético y me tengo que cuidar. Y digamos que, cada que empiezo a pensar en todo esto, aprovecho ese enojo y ansiedad para exigirme hasta llegar a mis límites, y después de eso, ya me liberé de ciertas tensiones.

Actualmente estoy en terapia con la psicóloga de la empresa donde trabajo. Sin embargo, una sesión de una hora no es suficiente y siempre queda mucho. En las últimas sesiones se ha ido más en hablar y hablar de problemas de fracasos amorosos del pasado, que tampoco han sido muchos porque no soy de las personas que anda de flor en flor a cada rato. Y tampoco he sido de las personas que enamoraría a una mujer solo para utilizarla y después hacerle daño.

Después del último fracaso que tuve por un problema de idealización aún peor que este (a mediados del 2016), al ser pocos los intentos y todos fallidos, me llevó a tomar la decisión de contratar prostitutas. No lo hice a diario ni cada mes, lo hice en el primer año que lo hice, como unas 7 veces, y cada año fue menor la frecuencia con la que lo hice. Y esto incluso me llevó a contraer ETS que nunca me revisé porque no tenía a quien decirle, y primero se quitaron. Ya no volvieron a aparecer. El único año donde no tuve ningún encuentro con prostitutas fue el mero año de pandemia, 2020. Pero sí me compré un masturbador, con el que jugaba bastante seguido, el cual como no supe lavar bien al principio, me causó candidiasis.

Una de las últimas veces que volví a contratar una prostituta, fue en el 2021. Con la chica que fui, después de terminar, nos bañamos juntos, pero como ella también estaba todavía prendida, todo se fue dando hasta que la terminé penetrando sin protección mientras nos bañábamos (lo sé, fue una estupidez). A raíz de eso, al día siguiente, me salieron unas ronchas rojas en el glande, pero que no duraron mucho tiempo. Pasaron varios meses, ya no volví a hacer nada. El 14 de agosto de 2022, tuve un encuentro sin protección con una vecina que vive en mi cuadra, una mujer de 40 años, que de cuerpo estaba aceptable. Desconozco si fue por eso, pero de la nada, después de más de un mes de eso, me empezaron a salir unas como ronchas en los labios, lo cual decían que podía ser herpes, pero realmente, no lo parece, por como he visto que se manifiesta en otros casos, aparte de eso, también me empezaron a brotar en el glande, pero esas ronchas no parecen herpes, sí dan picazón, pero no dan ardor al orinar ni tampoco generan costras ni llagas que quemen, como dicen que son los síntomas. Me llegué a asustar porque llegué a pensar que podía ser VIH, pero no quise ir a hacerme ninguna prueba por miedo. Aunque al poco tiempo, se me quitaron las ronchas, ya no tuve brotes ni en los labios ni en el pene. Pero a raíz de todas estas cosas, estaba tan mal que me descuidé en mi alimentación al punto que volví a subir de peso, y después de pasar casi todo el año pasado sin brotes de nada, a finales, me empezaron a dar brotes de candidiasis, que se me quitaron posteriormente y pasé así por varios meses, hasta que, a principios de este año, me volvió a brotar, y esta vez, junto con las ronchas en los labios. Reitero que no parece herpes porque las ronchas no salían juntas ni tampoco generaban escozor ni ardor intenso. Se parecen más al acné que tuve por muchos años atrás (otra razón por la que también tuve baja autoestima). La cosa es que, aunque no me he hecho chequeos médicos rigurosos, asocié eso con un problema de glucosa, ya que todo eso se me quito desde que empecé a controlarla otra vez con medicamentos y todo. Sin embargo, aunque esté tomando mis pastillas y todo, la ansiedad de comer siempre me ha llevado a comer comida chatarra, empezó de nuevo. En esta ocasión, solo una comezón en el glande con algunas ronchas, que a veces dan la impresión de que fueran herpes, pero aún desconozco si lo son o no porque no me causan ardor, solo una picazón por ratitos. Y en los labios, solo tengo una leve sensación de comezón por ratitos, pero ya no me ha salido nada. Me enfermé de dengue en mayo, sí me afectó fuerte por la diabetes, pero a la semana, ya estaba tranquilo otra vez.

En fin, tengo una de cosas tanto por malas decisiones que he tomado, como por desesperación y otras cosas; pero esto pensar que tengo ETS, incluso me ha afectado más porque siento que ya no podré tener una relación de pareja como siempre la he deseado, y si llegase a pasar, quizás ella me deje después de saber que tengo lo que sea que tenga. Sé que quizás esto sea demasiado texto, pero les agradezco si se toman el tiempo de leer. Y como decía, no escribo esto para pedir consejos ni nada, sino más a fin de desahogarme de alguna forma, ya que no sé de qué otra forma hacerlo.

Y quizás todo esté desordenado, pero lo fui escribiendo como me fue saliendo.