Testimonio de como salí de situación de calle

Bueno, antes de contarlo, deben saber que vengo de una familia relativamente buena (no millonarios, tampoco pobres) mi familia es de clase media, como dije arriba fui criado con otros principios y valores, a pesar de que estaba en la calle nunca perdí mi decencia, yo me fui de la casa, pero no sabían para donde me iba exactamente, perdí comunicación con ellos después del segundo mes, fue una desicion muy estúpida la verdad, quería algo de libertad, "conocer el mundo" y "evolucionar económicamente", creía que solo iba a poder, que no necesitaba ayuda de nadie, pero realmente no es así, al menos así me paso, no todos somos iguales, pasaron muchas cosas, también vi muchas cosas en esos 6 meses, a raíz de eso también aprendí cosas de la calle, salir de esa situación fue algo difícil para mi, pero no mucho, ya que sabía que mi familia me iba a recibir (igualmente tenía el temor de que me fueran a rechazar) a diferencia de otras personas que conocí y escuchaba sus testimonios de que intentaron regresar, pero ya era demasiado tarde para ellos y por ende regresaron a la calle, preferían quedarse allí que intentar otra cosa. Esto conlleva muchísima fuerza de voluntad, no es solo tener alguien que te reciba.

Esto me pasó en San Gil, Bucaramanga, yo la llamaba la ciudad de la pólvora, duré unos 15 días durmiendo en la calle, aguantando hambre y frío, pues hubo una temporada que habían demasiados recicladores y el reciclaje no nos alcanzaba para todos, el que conoce esta ciudad sabe que es muy pequeña, aumento la cantidad de andariegos en esa ciudad, ya los lugareños no regalaban nada, ni siquiera en panaderías, restaurantes, nada, no tenía nada que comer, mi única opción en ese momento era ir al mercado municipal para pedir los huesos y desechos de la carne para poder sobrevivir, los cocinaba con agua del río, si ese río sucio que pasaba por el medio de la ciudad. Es irónico que la comida era escasa, pero el vicio no, siempre llegaba alguien a preguntarme que donde vendían eso (normalmente eran trabajadores de las fincas qué salían a "pasear"), donde yo vivía por un tiempo, en esa casa vivían los "mostros" los que vendían, yo les hacía el favor a los que iban a comprar, y ellos mismos me invitaban a soplar, yo como no tenía nada que comer aceptaba porque esto al consumirlo quitaba el hambre y de algún modo quería quitarme el dolor de hambre, debo destacar que estas personas eran como el demonio en Persona (mi punto de vista), porque yo les pedía que me dieran o compraran algo para comer, y siempre se negaban, preferían darme vicio que Comida, por eso digo que eran el demonio en persona, también por eso como dije arriba, hay que tener demasiada fuerza de voluntad para decir basta, estuve así por unos dias, recibiendo vicio y comiendo mal, literalmente amanecía soplando, siempre llevaba al que le hacia el favor, a un escondite que conocía a la orilla del río para soplar y que nadie molestara, entrábamos a eso de las 6, 7, 8 o 9 pm, y se nos pasaban las horas allí hasta que veíamos el sol salir, se nos amanecía sin darnos cuenta, era algo aterrador y anonadante darse cuenta de que se te pasaron las horas tan rápido. Un día anterior antes de irme, no había comido, tampoco había soplado, estaba solo, muy desanimado y vuelto nada, mentalmente desbaratado, había dormido bajo una silla de cemento a la orilla del río en el Malecón de la ciudad, el sentimiento de triztesa me ahogaba y las ganas de seguir viviendo eran 0 en ese momento me sentía rendido, salí de allí para intentar buscar algo que comer me estaba desmayando creo, casualmente pase por un negocio de empanadas en donde siempre pedía y con la misma me corrían de mala manera sin darme nada, pero ese día el sr que atendía, ese mismo que me corrió mil veces, me miró fijamente y me preguntó que si había comido algo, yo le dije que no, me invito a pasar y me hizo sentar, me dijo que pidiera lo que quisiera que el me lo regalaba, yo pedí una empanada, el sr muy amable en ese momento, me sirvió más y me dio gaseosa, con la misma empeze a comer muy desesperado, pues el dolor de hambre es algo muy horrible, a lo que termine le pedí el baño para poder hacer pis, allí fue cuando me vi al espejo después de tanto tiempo, fue algo muy duro para mi, estaba demasiado delgado, demacrado, mi rostro se veía muy acabado y chupado, (yo pesaba 85 kg cuando estaba en mi casa, en ese momento no sabía cuanto estaba pesando, pero creo que llegué a pesar los 60 kg), empecé a tocarme la cara y mi cuerpo y sentía mis huesos, algo que nunca me había pasado, fue una sensación muy fuerte, no podía dejar de mirarme, fue allí que recobre mi conciencia, empeze a pensar que si seguía allí iba a ser un desechable más de la ciudad y que iba a morir así, no podía asimilar de que ese iba a ser mi futuro, mis metas regresaron, mis ganas de seguir con la vida regresaron, quería regresar de nuevo con mi familia, con mi vida, no podía permitir que me siguiera hundiendo, salí de allí y me fui de nuevo al Malecón, por allí es la vía principal de la ciudad, empecé a sacarle la mano a los buses y camiones para pedirles un aventón, pase allí todo el día y toda la noche intentando, se me amaneció y aun seguí allí, yo no quería rendirme, quería irme, hasta que un sr super grande, gordo de unos 50 años (también indigente), se atravesó en medio de la carretera y me grito que me subiera en la parte trasera de la mula, (el vio como estuve alli el día anterior intentandolo y decidió ayudarme de alguna manera), emprendi mi viaje de regreso a casa con mucho miedo a que me fuera a rechazar, duré casi 4 días para llegar a la frontera, recorrí una parte caminando y otra en mula, llegue al taller de mi tío, era el familiar más cercano que tenía, estandoo allí me di cuenta de lo acabado y llevado que estaba, pues el en la primera que me vio no me reconoció, de echo me corrió pensando que era un indigente más, fue hasta que le dije que era yo, el hijo de su hermana, y el se soltó a llorar porque había pasado un tiempo sin saber de mi, me dio de comer y me llevo a casa, luego me envió a casa de mis padres, allí me paso lo mismo, a pesar de que el los había llamado avisándoles qué yo había aparecido, mis padres no me reconocían de lo llevado que estaba, igualmente me recibieron, estaban muy preocupados, fue fuerte, pero mis ganas de salir de ese hoyo era más fuertes.

El que realmente quiere salir adelante lo hace, por más complicadas que estén las cosas, de alguna manera lo hará, luche por un tiempo conmigo mismo, tuve que tener una fuerza de voluntad muy firme también, pues el vicio no se deja así de fácil, eso de que todo es mental, no lo es, porque el cuerpo te lo pide una vez que eres adicto, una parte es mental y otra parte es lo que debes luchar contigo mismo, en mi caso lo debí dejar de un solo golpe ya que estando en casa, en otra ciudad no era fácil conseguir eso, además de que en casa no lo podía hacer, no quería decepcionarles y fallarles a mis padres, al contrario quería que vieran lo valiente que es su hijo. Aveces pensamos que somos muy rudos, que podemos solos, muchas veces llegamos a despreciar a los nuestros (familiares) y es allí donde uno se equivoca, obviamente no toda tu familia te va apoyar porque no todos somos iguales, pero los que te apoyan son a los que debes apreciar y cuidar, pues ellos siempre van a querer lo mejor para ti.

Saludos y espero les halla gustado leer la pequeña historia, espero que les sirva de algo este testimonio