El estudio financiado por Sam Altman sobre la renta básica universal arroja luz sobre los posibles beneficios y desafíos de esta política en un mundo cada vez más automatizado. Esto lo han calificado distintos medios de tecnología como el regalo de millones de dólares en secreto. Te explicamos.
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha estado dando millones de dólares en secreto para financiar el mayor estudio sobre la renta básica universal, buscando aminorar el impacto de la inteligencia artificial (IA) sobre la economía y la sociedad.
Este estudio, realizado por OpenResearch y financiado por Altman, ha analizado durante ocho años los efectos de proporcionar una renta básica mensual a los ciudadanos sin necesidad de trabajar.
La Renta Básica Universal, ¿la respuesta?
El sistema social y financiero actual se basa en que las personas intercambien sus habilidades y conocimientos por dinero en forma de salario. Sin embargo, con el avance de la automatización y la IA, surge la pregunta de qué sucedería si las personas ya no necesitaran trabajar porque las máquinas hacen su trabajo.
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Altman, junto con otros líderes de Silicon Valley como Elon Musk, ha propuesto la renta básica universal como una posible solución al desempleo masivo causado por la automatización.
¿Cómo es el estudio de renta básica universal de Sam Altman?
Para realizar este ambicioso estudio, OpenResearch buscó a 3,000 participantes en Texas e Illinois, seleccionando personas con ingresos inferiores a 28,000 dólares.
A un tercio de los participantes se les entregó 1,000 dólares mensuales sin condiciones durante tres años, mientras que el grupo de control recibió 50 dólares al mes.
En total, se entregaron 45 millones de dólares, de los cuales 14 millones fueron aportados directamente por Altman, quien también recaudó otros 60 millones para completar el financiamiento del estudio.
Resultados del estudio
Los resultados mostraron que aquellos que recibieron 1,000 dólares mensuales incrementaron su gasto en un promedio de 310 dólares al mes, utilizando el dinero principalmente para comprar alimentos, pagar el alquiler y el transporte.
Además, estas personas ofrecieron mayor apoyo a otras personas necesitadas en comparación con el grupo de control.
Aunque no se encontró evidencia directa de mejoras en la salud física y mental, sí se observaron reducciones significativas en el estrés y la inseguridad alimentaria durante el primer año, efectos que se desvanecieron en el segundo y tercer año del programa.
Este estudio impulsado por Altman no es el único de su tipo. La organización filantrópica GiveDirectly ha estado llevando a cabo un estudio similar en Kenia durante 12 años.
Además, desde la década de 1980, Alaska distribuye pagos anuales a sus ciudadanos provenientes de los derechos de explotación de sus reservas de petróleo y gas.
Mientras los resultados muestran ciertas mejoras en la calidad de vida y la reducción del estrés, también indican que el dinero en efectivo por sí solo no puede resolver todos los problemas.
El debate sobre la renta básica universal continúa, con defensores y críticos aportando valiosas perspectivas sobre el futuro del trabajo y la economía global.
