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el motor que quieren resucitar, y la UE plantea hacer ilegal


Europa se ha comprometido a fondo con la descarbonización total de la economía para 2050, y la industria automotriz ha sido una de las más afectadas por esta fuerte ola de cambio. Sin embargo, parece que Volkswagen se está planteando dar marcha atrás con la electrificación de sus coches, afirmando que invertirán 60000 millones de dólares para producir más coches de motor de combustión.

El gran error de Volkswagen: sus coches eléctricos no se venden y quieren dar marcha atrás

La Unión Europea, pese a ser una de las regiones con menor impacto negativo en el medio ambiente, ha ido estableciendo metas cada vez más altas para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero tan pronto como sea posible. Sin embargo, cada vez son más los expertos y analistas que afirman que «puede que hayamos sido demasiado optimistas».

Esto se ve también en el problema de las políticas Euro 7, que han sido pospuestas del 2025 para el 2027, así como la sanción de la prohibición de los motores de combustión, que debía llevarse a cabo para el 2035, pero cada vez son más los sectores que dudan de que esto pueda llegar a hacerse realidad.

La automotriz alemana Volkswagen anunciaba hace dos años que para 2033 sólo venderían coches eléctricos, previendo que para 2030 los mismos conformaran un 80% de las ventas totales. Sin embargo, sus eléctricos no sólo no han vendido como esperaban, sino que, además, se enfrentan a grandes dificultades para competir con los fabricantes chinos, por lo que han anunciado que volverán a la combustión.

El problema de los eléctricos europeos: el público prefiere los chinos y la industria no despega

Mientras que en Europa los fabricantes tienen problemas con los números de ventas para sus motores eléctricos, en Asia hay una marca de coches que ha crecido 400%. Por otro lado, varias compañías locales han elevado reclamos argumentando competencia desleal por parte de las marcas chinas, que ofrecen vehículos más baratos y de alta calidad.

Esto se debe a que China domina toda la cadena de suministro para la fabricación de baterías y motores eléctricos. Para poder fabricar baterías, debemos importar las materias primas desde el país de nuestro propio competidor, lo cual nos pone en una situación de clara desventaja. En este sentido, marcas como Volkswagen han tenido que dar marcha atrás a sus planes.

Así, el fabricante ha anunciado recientemente que, de los 180000 millones de euros que iban a invertir en la producción de vehículos de motor eléctrico, una tercera parte será desviada hacia los de combustión interna. La compañía sostiene que seguirán apostando por la descarbonización de sus plantas automotrices, aunque tendrán que ser más realistas con sus expectativas.

Europa da un volantazo: la industria automotriz sigue aplazando las metas fijadas

Si bien el CEO de Volkswagen decía el año pasado que el motor de combustión es una «tecnología antigua», el volumen del capital que destinarán a coches tradicionales parece indicar lo contrario. Es posible que este aplazamiento tenga por objetivo dar tiempo a tecnologías como el motor de hidrógeno y la pila de combustible para que alcancen un mayor nivel de desarrollo.

De momento, son cada vez más numerosas las voces que afirman que, en su impulso por reducir las emisiones de la industria automotriz, los gobiernos europeos han arrastrado consigo a marcas como Volkswagen a un abismo del que difícilmente puedan salir.

Europa podría tener que aceptar una realidad incómoda: los coches eléctricos son de Asia

Es evidente que, actualmente, quienes más saben de coches eléctricos son las potencias asiáticas. Además de esto, está trabajando en importantes proyectos de movilidad sustentable, como la colaboración de dos marcas líderes de Corea para hacer que todos los coches sean eléctricos.



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