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Alemania y Estados Unidos se disparan en el pie al vender sus bitcoin 


Cada uno compra bitcoin al precio que se merece, dice el saber popular bitcoiner. Pero imagina que tus padres obtuvieran miles de bitcoins que podrían ser tu herencia y, por ignorancia, lo cambiaran por dólares o euros que los burócratas imprimen a placer. Eso es exactamente lo que está ocurriendo en Alemania y Estados Unidos

En enero de este año, la Policía Criminal Alemana, aparentemente en representación del Estado Federal de Sajonia, incautó 50.000 bitcoins del sitio de piratería de películas, Movie2k.to. Duraron casi tres semanas enviando esos BTC a exchanges y, el pasado 12 de junio, terminaron de venderlos todos. Coincidentemente, Estados Unidos también envió 4.000 BTC provenientes de confiscaciones a Coinbase Prime el pasado 26 de junio. 

Sin entrar en debates morales respecto a lo que debe hacer un Estado con bienes procedentes del crimen, menos aún sobre si violar la propiedad intelectual (en el caso de Movie2K) debería ser ilegal, el problema específico con que los burócratas de turno vendan los BTC que caen en sus manos es que están afectando a sus connacionales y, sobre todo, a las futuras generaciones. 

Aunque parezca incipiente en este momento, nos encontramos a las puertas de la bitcoinización del Estado, un proceso que comenzó El Salvador, pero que da signos de comenzar a extenderse con, por ejemplo, la candidatura de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos; la candidatura de Maya Parbhoe a la presidencia de Surinam; la propuesta de dar curso legal a Bitcoin en Paraguay; por mencionar algunos casos. 

Lo que estamos a punto de presenciar es una competencia de acumulación a nivel de Estados. Habrá obstáculos regulatorios que generaran fricción y ralentizaran este proceso, pero ser proactivo y tener ventaja de pionero será clave en este cambio de paradigma monetario.  

Luego de haber tenido más de 50.000 bitcoins en su poder, Alemania ahora es superada por países más pequeños como El Salvador, con sus más de 5.000 BTC, muchos de los cuales han sido adquiridos lentamente, con calma, 1 al día, como una representación en la vida real de la fábula de la tortuga y la liebre. 

El caso de Estados Unidos es excepcional. Debido al largo brazo de su sistema judicial, en este momento poseen más de 213.000 BTC, si bien han tenido muchos más bajo su control; hoy vendidos.

Si bien la venta de bienes confiscados es un proceso regular sujeto a ley, nada impide que estas regulaciones sean modificadas con miras a una estrategia más inteligente. A fin de cuentas, los Estados están intercambiando el bien más escaso del mundo, por dinero inflacionario, cuyo suministro no ha parado de crecer desde que se abandonó el patrón oro, perdiendo continuamente valor desde entonces. 

La diputada alemana Joana Cotar también ha considerado estas ventas como un error, afirmando que los bitcoins deberían mantenerse como parte de una reserva estratégica.  

Ajustar las regulaciones para dar cabida a BTC en la Tesorería de un Estado no es una idea nueva. En diciembre de 2020 se presentó ante legisladores de Estados Unidos la Hodl Act, una propuesta de enmienda para permitir que los bitcoins confiscados fueran mantenidos, bajo el mismo argumento que presentamos hoy: el fíat se puede crear a voluntad; la cantidad existente de bitcoin es limitada. 

En aquel entonces se daba el ejemplo de 144.000 bitcoins confiscados y vendidos entre 2014 y 2015 a cambio de USD 122 millones. Hoy esos mismos bitcoin estarían valorados en más de USD 8 mil millones. Dentro de algunos años, quién sabe cuánto más. De concretarse las promesas supuestamente bitcoiners de Trump en el caso de ganar la presidencia, habría posibilidades de que la Hodl Act fuera aprobada y que esos 213.000 bitcoin se quedaran en casa. 

La historia del dinero fiat es la historia del empobrecimiento. Es la historia del robo de poder adquisitivo y del robo del tiempo vital. Esto es verdad, no solo a nivel de individuos, sino también a nivel de Estado-nación. Si no fuera la flexibilidad para la emisión que el dinero fiat da a los Estados, el déficit fiscal y el endeudamiento no hubiera sido la política común de de la mayoría de los Estados. Gobernar bajo déficit fiscal implica hipotecar el futuro, heredar deuda las futuras generaciones para tener un poco más de oxígeno en el momento actual.

Por el tipo de rendimientos que ofrece el oro, es improbable que el metal precioso sea la solución para el endeudamiento de los países. Pero el oro 2.0, Bitcoin, el cual aun se encuentra en fase de descubrimiento de precio y que supera en propiedades monetarias como la portabilidad, escasez, verificabilidad, entre otras, a su antecesor metálico, a largo plazo pudiera ayudar a aliviar la presión que muchos países han heredado debido a las políticas de endeudamiento de sus gobernantes anteriores.

Por ello, es urgente que los políticos y autoridades del mundo comiencen a asesorarse y delinear sus estrategias de tesorería respecto a bitcoin. El tiempo es clave, considerando que quedan menos de 1.3 millones de BTC por ser minados, es decir, menos del 7% del suministro, y que los ETF ya han iniciado su propia carrera de acumulación. Vender bitcoin en este momento significa retroceder en el tiempo y seguir hipotecando el futuro. 

Con un dinero fíat cada vez más devaluado en todas sus distintas monedas, y con un bitcoin en ascenso, o incluso dicho en otras palabras, con todos los activos del mundo tendiendo a cero en contra de bitcoin en el largo plazo, los países que antes salgan de su ignorancia y comiencen a refugiarse en Bitcoin, están destinados a ser o convertirse en los más ricos del mundo. 


Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.



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