Nairobi, 13 jul (EFE).- El presidente de Kenia, William Ruto, pidió este sábado a la Policía que acelere la investigación sobre la misteriosa muerte de al menos ocho personas cuyos cuerpos mutilados fueron hallados el viernes en un vertedero cercano a un asentamiento informal en las afueras de Nairobi.
“Todos los implicados en este atroz acto de matar a jóvenes kenianos se enfrentarán a todo el peso de la ley”, afirmó Ruto en un acto en el condado de Elgeyo-Marakwet, en el oeste del país, donde exigió que la investigación “debe acelerarse” para “encontrar la verdad”.
Los cadáveres se descubrieron en una zona del barrio de Mukuru próxima a la comisaría de policía del área de Kware.
La Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KHRC, por sus siglas en inglés), detalló este sábado en su cuenta de la red social X que ocho cuerpos fueron encontrados este viernes en el vertedero.
“Las fuerzas de seguridad deben evitar interferir con los cadáveres y preservar las pruebas para que se pueda determinar la causa de la muerte y llevar a los perpetradores ante la justicia”, reclamó esa ONG keniana.
El diario local The Star aseguró que cinco cadáveres más se descubrieron este sábado en una operación supervisada por las fuerzas del orden
En un comunicado, la Oficina de Investigaciones Criminales (DCI, en inglés) de la Policía keniana confirmó este viernes haber recibido una alerta de la comunidad tras el descubrimiento de los cadáveres, si bien cifró en seis los cuerpos hallados entonces.
Los cuerpos, todos de mujeres, estaban “severamente mutilados” y “en estados diversos de descomposición”, además de envueltos en bolsas y cuerdas de nailon, detalló la DCI.
“Las investigaciones preliminares sugieren un modo similar de asesinato para los fallecidos. Los cuerpos han sido transportados a la morgue municipal, donde aguardan las autopsias”, añadió la entidad policial.
No se trata del primer episodio de este tipo en Kenia, donde organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) denunciaron en enero de 2022 que, desde mediados de 2021, 31 cuerpos fueron arrojados al río Yala (oeste), cifra que la Policía situó en 19.
Entonces, AI aseguró que todos los cadáveres tenían “muestras de torturas físicas y de ahogamiento” y pidió una investigación para esclarecer los hechos. EFE
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