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La fiesta de la que Elon Musk se fue a los 10 minutos: selfies, disfraces y “el campeón del diablo”


Elon Musk acudió a una celebración de Halloween en tiempos revueltos tras adquirir la red social X (Taylor Hill/Getty)

La noche del domingo 30 de octubre de 2022, Elon Musk decidió tomarse un avión desde San Francisco hasta Nueva York. El magnate ya se había consagrado como el flamante dueño de la red social X ―luego de desembolsar 44 millones de dólares―y su visita a las oficinas de la sede central había agitado las aguas.

Pero, entre las polémicas por la libertad de expresión, la moderación de contenidos y los despidos, Musk decidió irse a festejar su celebración favorita al evento anual que organiza la modelo Heidi Klum: Halloween. Quizá porque le recuerda a los juegos de rol que tanto le apasionan.

En esta ocasión, Elon sería el acompañante de su madre, Maye Musk. En medio de la controversia, el bajo perfil no era una opción para el multimillonario. Aquella noche, los flashes lo amaron por su llamativo atuendo en cuero rojo y negro y dibujos inquietantes, y los usuarios de la red social lo defenestraron. La juerga duró poco para Maye y Elon esa noche.

Musk acude a eventos y fiestas para escapar del estrés y reducir el drama emocional (REUTERS/Gonzalo Fuentes/File Photo)

El viaje hasta Nueva York no lo hizo solo: sumó a su hijo predilecto, X. Tras un vuelo de más de cinco horas, el CEO de Tesla y el pequeño llegaron a la Gran Manzana a las tres de la mañana y fueron en busca del escudo protector maternal, no solo para acudir al festejo sino para lo que tenía que enfrentar en las oficinas de la red social. Se hospedaron en su departamento en el Greenwich Village.

Musk necesitaba apoyo emocional para enfrentar las tensas reuniones que tendría con el equipo de ventas de publicidad de la entonces denominada Twitter y los anunciantes y agencias que tambaleaban.

Lo hacían por las cataratas de odio que fluían por la red social, que despertaba la preocupación y por lidiar con el nuevo dueño.

Elon Musk causó furor al concurrir al evento organizado pro Heidi Klum en 2022 (EFE/ Caroline Brehman)

“Yo soy como soy. Mi cuenta de Twitter es una extensión de mi personalidad y voy a tuitear algunas estupideces y cometer algunos errores”, djio Musk en esa reunión con una inseguridad gélida. Aunque la red social era un negocio millonario, las anunciantes empezaban a ver que la plataforma se convertía lentamente en la extensión de la personalidad del creador de SpaceX.

Tras un lunes cargado de reuniones ―y antes de cambiarse para Halloween― el magnate volvió a postear: “Twitter ha sufrido un descenso masivo de sus ingresos debido a la presión ejercida por los grupos de activistas sobre los anunciantes, a pesar de que no hemos efectuado ningún cambio en la moderación de contenidos y hemos hecho todo lo posible para apaciguar a los activistas. Están intentando destruir la libertad de expresión de Estados Unidos”.

Cerró y se fue a la fiesta.

Elon Musk junto a su madre, Maye, y una amiga de ella, listos para celebrar Halloween (Elon Musk)

Maye fue la encargada del atuendo. Días antes del evento, la madre de Elon se contactó con la famosa casa de disfraces neoyorquina, Abracadabra, para conseguir el extraño look del magnate: la armadura del “Campeón del Diablo”, inspirado en el fantasy.

Para Elon, el disfraz encajaba perfecto con la situación que estaba atravesando con la red social que había adquirido. Esa noche, Musk llegó al departamento de Maye alrededor de las nueve de la noche y debía cambiarse rápido. Con la ayuda de su madre y una amiga de ella, el magnate se calzó el extravagante atuendo.

¿Cómo era? Se trataba de un conjunto de armadura de cuero hecho a mano, con una coraza roja y negra, adornada con una pieza de bronce con una imagen inquietante en su pecho: la figura de Baphomet, un símbolo representado con una cabeza de cabra alada y un cuerpo humano, asociado al ocultismo y la reconciliación de opuestos.

De acuerdo a la descripción de la casa de disfraces, el atuendo de Musk está inspirado en el fantasy y “el noveno círculo del inframundo” (Taylor Hill/Getty Images)

En la iconografía moderna, Baphomet se asocia a menudo con el ocultismo y el satanismo, aunque muchas interpretaciones lo ven simplemente como un símbolo de libre pensamiento, equilibrio y la unión de contrarios.

“Con placas de lamé afiladas en un acabado rojo sangre brillante, parecerás que llegaste a la fiesta directamente desde el noveno círculo del inframundo”, se lee en el sitio web de la casa de disfraces sobre el atuendo que le costó casi 10 mil dólares. El outfit se completaba con un conjunto de falda de armadura, brazaletes y una suerte de canilleras a juego con cruces invertidas. Todas las piezas tenían cierres de correa con hebillas ajustables. Y Maye Musk tenía el disfraz de la famosa villana Cruella de Vil. Estaban listos para la acción.

Tras los flashes y las poses de Musk, él y su madre fueron conducidos al sector VIP. Allí se encontraron con la anfitriona vestida de gusano, Julia Fox con cuernos, Riccardo Simonetti en su versión del traje clásico de Cher del vídeo “Turn back Time” y los Elevator Boys como una versión terrorífica de los Backstreet Boys.

De acuerdo a la casa de disfraces, el atuendo de Musk le costó 9.995 dólares (Elon Musk)

El disfraz llamó la atención inmediatamente. Algunos usuarios de X afirmaban que era su versión particular de Iron Man, cuyo alter ego, Tony Stark, comparte muchas semejanzas con Musk: magnate, entusiasta de la tecnología y líder en el ámbito de las telecomunicaciones. Otros, en cambio, se refirieron a la interpretación de Drácula, que Gary Shore dirigió y Luke Evans protagonizó en Drácula: la historia jamás contada.

Otros también afirmaban que se trataba de una reinterpretación de un samurái, con un toque oscuro con el símbolo satánico de la cabra en el centro. Lo cierto es que Musk fue uno de los protagonistas indiscutidos y eso también se trasladaría a la fiesta, pero no por mucho tiempo.

Todos los invitados a la fiesta querían su selfie con Musk, lo que lo puso de pésimo humor y fastidio. Maye tampoco estaba disfrutando la celebración tan esperada. “Hay demasiado ruido”, dijo.

Tras el festejo de Halloween, Musk vio la transmisión del lanzamiento de la primera nave espacial con 27 motores (Noam Galai/Getty Images for Heidi Klum)

Se fueron a los diez minutos de llegar. Mientras, los comentarios en redes se extendían, entre las burlas al magnate y los adoradores satánicos.

Aunque la noche no se extendió, Musk aprovechó las imágenes que tenía con el disfraz para cambiar la imagen de perfil en la red social X. Durante un tiempo permaneció la foto de él posando con el atuendo de Baphomet y los cuernos de cabra visibles en la parte inferior de la imagen.

La mañana siguiente de Halloween a Musk lo esperaba un hito: ver la transmisión del despegue del Falcon Heavy, la primera vez que, en tres años, se lanzaba una nave espacial de 27 motores. Lo hizo, claro, con sus escudos emocionales: su hijo y su madre.

El modo demoníaco de Musk se extendería, aunque sin armadura, en las oficinas de X, para seguir sus modificaciones. Pero esa es otra historia.



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