La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse y cambiar numerosas industrias. La mayoría de las empresas y personas están entusiasmadas con el aumento del uso de esta tecnología, pues han aprendido a trabajar en conjunto con ella. Sin embargo, la preocupación sobre cómo podría desplazar al trabajo humano va en aumento.
En diversas ocasiones, expertos han notado que la IA comienza a funcionar de manera independiente, sin obedecer a los comandos de las personas. Por ejemplo, el director ejecutivo de SingularityNET, Ben Goertzel, aseguró que la IA está experimentando un crecimiento sin precedentes y no observa ninguna señal de desaceleración.
Además, Goertzel predijo que la IA alcanzará un nivel de autonomía total antes de 2032, eliminando la necesidad de intervención humana para su funcionamiento. Agregó que en el último año, la IA ha demostrado ser más inteligente y capaz, y estimó que en un plazo de tres a ocho años podría operar de manera completamente autónoma.
Sin embargo, no quiso dar una estimación sobre cuáles serán las consecuencias de esta autonomía, ni si pudiera suponer un riesgo a las empresas y personas. A pesar de las preocupaciones de algunos sobre el potencial peligro para la humanidad, Goertzel consideró poco probable que las empresas desarrollen sistemas con la intención de dañar a los seres humanos.
De acuerdo con Goertzel, la capacidad de la IA para operar sin intervención humana podría revolucionar numerosas industrias, desde la medicina hasta la logística. No obstante, reconoció la necesidad de una regulación adecuada y la creación de salvaguardas para prevenir posibles riesgos.
En torno a este tema, la Unión Europea (UE) se ha convertido en uno de los organismos más alertas sobre la creación de normativas para garantizar que la IA no represente una amenaza para la humanidad.
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