¿Sustituirá realmente la inteligencia artificial a tu trabajo? Los directores ejecutivos no lo creen así.
“Hablo con muchos directores generales y he aprendido rápidamente que no piensan en que la inteligencia artificial nos sustituya. Puedo afirmarlo con total autoridad”, afirma Ronnie Sheth, director general de SENEN GROUP, una empresa de asesoramiento estratégico con sede en Austin, Texas, que ayuda a las empresas a desbloquear e integrar la inteligencia artificial en sus flujos de trabajo.
Sheth habló con Fortune sobre los peligros y el potencial de la implantación de la IA durante una entrevista en la London Tech Week a principios de este mes.
El miedo y la especulación de que la IA acabe con los puestos de trabajo se ha colado en todos los sectores. Según Jason Del Rey, de Fortune, Amazon ha despedido recientemente a más de cien trabajadores del servicio de atención al cliente, como parte de su esfuerzo continuo por recortar costes e invertir en automatización.
Nuevos informes del New York Times y de Citigroup advierten a los banqueros y financieros principiantes sobre el riesgo de sustitución, y el mes pasado, el CEO de Sinovation Ventures, Kai-Fu Lee, dijo que prevé que la IA sustituirá al 50% de los empleos humanos en la próxima década.
Sin embargo, los directores ejecutivos podrían seguir mostrándose cautelosos, según Sheth. Mencionó una gran empresa de construcción que es cliente de SENEN. “Acabo de hablar con su Director General, que, obviamente, como jefe de obra, está pensando en robots y algoritmos de inteligencia artificial que podrían utilizarse para realizar algunas de las tareas domésticas sobre el terreno”.
El jefe no estaba convencido, dice. “Muchos trabajadores le preguntaban si la IA afectaría a sus puestos de trabajo. Él les dijo: ‘No, pero va a aumentar vuestra seguridad’. Así es como los directores generales están pensando en esto de forma diferente. Y es la forma correcta de verlo”.
Tal vez sea un consuelo frío para los directores generales que se están poniendo nerviosos por su propia utilidad, y por si ellos mismos podrían ser sustituidos algún día. Sheth tampoco está preocupado por eso, al menos no por los líderes eficaces.
“Como Consejero Delegado, mi trabajo consiste en hacer unas cuantas cosas”, afirma Sheth. “Gestionar la cultura. Dirigir la empresa en una dirección en la que no vaya a la quiebra. Impulsar el crecimiento sostenible. Mejorar realmente la comunidad en la que estoy”.
Sheth afirma que muchos directores generales se preocupan más por los aspectos humanos de la empresa, como la marca y la conexión con los clientes, que por las frías cifras.
Sus clientes -que van desde empresas de Fortune 500 como Nike e IBM hasta start-ups y ONG– han estado dispuestos a renunciar a sus objetivos de ingresos y crecimiento a corto plazo para invertir en una expansión de marca sostenible y viable.
“No voy a dar nombres, pero hay algunas marcas minoristas muy, muy grandes con las que hemos trabajado, que han pasado por momentos interesantes, porque decidieron apostar fuerte por la IA y olvidarse de su marca”, dijo Sheth. “No es una idea inteligente. Están teniendo que dar marcha atrás en el branding”.
A corto plazo, ningún puesto de trabajo será “sustituido de verdad y con éxito”, predijo Sheth. “Pero si pensamos dentro de 10, 15 o 20 años, ¿quizá puestos de trabajo en cadenas de montaje? Quizá un poco de contabilidad, quizá sólo un poco de actividades básicas de marketing, trabajo administrativo de entrada de datos”.
Sin duda, puede sustituirse o subcontratarse, pero eso no significa que las personas que han estado haciendo esos trabajos vayan a quedarse sin otras opciones. “Creo que hay un equilibrio entre reescalar la mano de obra y también establecer políticas que garanticen que la IA se utiliza para el bien humano, y no para quitarle el sustento a la gente”.
Es responsabilidad de los líderes empresariales -e incluso de los funcionarios del sector público, según Sheth- estudiar cómo mitigar el impacto de la IA en los profesionales en activo. Yendo un paso más allá: “No creo que una empresa que diga que quiere centrarse en la IA o en los datos vaya por buen camino”, afirma Sheth. “No estás orientado al valor, y no estás centrado en el valor. Eres aquello en lo que te centras”.
Basándose en los años de proyectos que la empresa de Sheth ha llevado a cabo con grandes empresas, afirma que se ha dado cuenta de que “las empresas que acuden a mí y me dicen: queremos hacer más con los datos. Queremos centrarnos en los datos, son las que están abocadas al fracaso”.
Ese fracaso se debe a una mentalidad unidireccional: centrarse en los números y no en las personas. “En el lado opuesto, las empresas que dicen: ‘tenemos todos estos datos, ahora ¿cómo desbloqueamos el valor para el negocio, para nuestros clientes, para nuestros empleados, para nuestra comunidad? Es una mentalidad diferente”.
La diferencia entre los dos, dijo, es perseguir la respuesta para centrarse en los datos, frente a desbloquear el valor para las personas.
“Como líderes empresariales, realmente tenemos que empezar a centrarnos en garantizar que la política y la regulación sean muy, muy, muy claras sobre la centralidad humana y tenemos que asegurarnos de que la IA no frene la innovación humana”, dijo Sheth. “Ahora mismo estamos viendo mucha regulación basada en el miedo, mucha formulación de políticas basada en el miedo. Realmente quiero que la innovación salga adelante, sin comprometer el valor humano”.
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