Una región española está dispuesta a absorber el Sol y tiene en vilo a toda Europa. La energía solar juega un papel vital en el proceso de transición energética en el que está sumergido el mundo. La dependencia a los combustibles fósiles ha traído desastrosas consecuencias, como el cambio climático, razón por la que el ser humano necesita sustituirlos por otras formas de energía más compasivas con el medio ambiente.
En este contexto, la energía del Sol, también llamada energía solar, es una de las más relevantes. Llega al planeta Tierra en forma de radiación electromagnética producida por reacciones de fusión nuclear. Se considera un tipo de energía renovable y limpia, es decir, que no se agota y no genera contaminantes como sí lo hacen los combustibles fósiles.
Aunque tiene un amplio repertorio de aplicaciones, la más extendida es la electricidad gracias a la instalación de paneles solares de uso industrial y privado. La electricidad generada por las plantas fotovoltaicas o células solares domésticas se utiliza para abastecer hogares u otras edificaciones, como alumbrado público, semáforos y un largo etcétera.
Europa queda atónita con este proyecto que involucra la energía del Sol
El grupo Iberdrola puso en marcha hace unos años Francisco Pizarro, la mayor planta fotovoltaica de Europa a través de su filial en España. Cuenta con 553 MW de capacidad instalada, que lleva energía limpia a 334.400 hogares al año, una cantidad que supera las poblaciones de las ciudades de Cáceres y Badajoz.
Con esta cifra evita la emisión de 150.000 toneladas de CO2 anuales a la atmósfera y baja la huella de carbono. Unos números que transforman Francisco Pizarro en el mayor proyecto fotovoltaico del continente y el mayor llevado adelante por Iberdrola en el mundo. Con esta iniciativa, contribuye a la independencia y la autosuficiencia de Europa.
Además, supera otro proyecto emblemático de la empresa en Extremadura, la planta fotovoltaica Núñez de Balboa, con una potencia registrada de 500 MWp. Esta imponente construcción ha necesitado una inversión superior a 300 millones de euros. Ocupa una superficie de 1.300 hectáreas entre los municipios cacereños de Torrecillas de la Tiesa y Aldeacentenera.
Estas cantidades dejan clara la relevancia del proyecto, que ya suma 1.494.240 módulos fotovoltaicos y 13.724 seguidores. Estos últimos son una estructura móvil que une la placa solar con el suelo y maximiza la generación de electricidad. Además, ha llegado a los 313 inversores.
El mayor proyecto de energía del Sol de Europa ha generado más de 1.000 puestos de trabajo
Asimismo, el levantamiento de la planta de Francisco Pizarro ha terminado siendo un elemento dinamizador de tejido industrial y empleo local, en el que trabajan más de 1.500 personas en periodos de punta, de las que un 60% son ciudadanos y ciudadanas de la provincia.
Iberdrola es una compañía firmemente comprometida con las buenas prácticas medioambientales y el desarrollo sostenible de este tipo de construcciones. Bajo esta premisa, ha ejercido su labor con la Sociedad Española de Ornitología (SEO) en la campaña de seguimiento de aves esteparias en Extremadura. Juntas han interceptado y protegido toda una zona de campeo.
De hecho, se dio un paso más, ya que durante el desarrollo de proyecto se encontraron restos arqueológicos, un hallazgo que comunicaron a las autoridades locales, tomando medidas inmediatas para controlar, excavar y salvaguardar dicho descubrimiento.
En definitiva, Extremadura va a absorber el Sol, llevando a niveles que Europa todavía no conocía. Nuevamente Iberdrola demuestra que no hay límites cuando se trata de perseguir los objetivos ambientales. Otro invento revolucionario, aunque más discreto, es el dispositivo que supone un 100% de ahorro y te permite cocinar con energía solar en casa.
