Tecnologia

Inteligencia artificial versus profesional logístico


Mikel Lavín
General Manager de Intermodal Forwarding

En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) y las herramientas tecnológicas avanzadas están transformando sectores enteros, la logística no es la excepción. La IA tiene el potencial de automatizar tareas, aligerar la carga de trabajo manual, perfeccionar las rutas de transporte, reducir costos y optimizar inventarios. Sin embargo, a pesar de sus impresionantes avances y de las soluciones tecnológicas que ofrece, el corazón de la logística sigue siendo y seguirá siendo humano.

Porque hay aspectos cruciales en los que la IA nunca podrá reemplazar el conocimiento y la experiencia de un equipo humano formado por profesionales logísticos que, con su profundo conocimiento de rutas, transportistas y la capacidad de enfrentar imprevistos, son insustituibles.

La IA ha introducido una nueva era en la gestión logística, permitiendo a las empresas analizar grandes volúmenes de datos y mejorar sus operaciones de manera sin precedentes. Desde la automatización de la gestión de inventarios hasta la optimización dinámica de rutas, la inteligencia artificial está reconfigurando la manera de ejecutar las tareas diarias en logística. Pero el verdadero reto de la capacidad logística no se encuentra solo en la planificación optimizada, sino en la respuesta ante imprevistos.

El reto logístico es dar respuesta a imprevistos

Supongamos que una empresa de logística debe entregar un envío urgente a un destino remoto. Mientras que la IA puede proponer la ruta más eficiente en función de datos históricos y condiciones actuales, no puede anticiparse a las situaciones inesperadas y los posibles obstáculos que surjan repentinamente, como bloqueos de carreteras, manifestaciones, accidentes o condiciones climáticas adversas. Aquí es donde entra en juego el conocimiento del equipo logístico, que puede evaluar la situación y optar por la solución más acertada en ese momento.

La inteligencia artificial aporta eficiencia y precisión a un sector como el de la logística, donde ambos aspectos son cruciales. Gracias al uso de herramientas como el análisis de datos en tiempo real, optimización de rutas y gestión predictiva de inventarios, la IA puede facilitar la toma de decisiones y agilizar operaciones que antes eran manuales y laboriosas. No obstante, por muy avanzada que sea la tecnología, la verdadera realidad es que no puede replicar el juicio humano.

La IA se basa en algoritmos y modelos matemáticos para tomar decisiones. Aunque puede analizar grandes cantidades de información y encontrar patrones, no tiene la capacidad de comprender plenamente las complejidades de las relaciones personales. Carece de emociones y empatía, lo que dificulta su comprensión de los matices y las sutilezas de las interacciones humanas. No puede captar el tono de voz, las expresiones faciales o el lenguaje corporal, elementos muy importantes en la comunicación humana.

Por ello, un equipo humano que conoce una ruta secundaria alternativa o tiene una relación de confianza con un transportista local posee un valor inestimable que va más allá de lo que los algoritmos pueden ofrecer. Ante un cierre inesperado de carreteras o una emergencia es el profesional logístico quien toma las decisiones críticas. Estos momentos son donde la experiencia personal y el conocimiento intuitivo juegan un papel decisivo.

Los profesionales logísticos aportan un valor incalculable al enfrentar desafíos con creatividad y una comprensión que trasciende los datos. Su capacidad para anticipar problemas y manejar situaciones complejas asegura que las operaciones logísticas no solo sean eficientes, sino también resilientes.

La inteligencia artificial y las tecnologías avanzadas continuarán evolucionando y se integrarán cada vez más en la logística, ofreciendo herramientas valiosas para la mejora de procesos. Pero deben ser vistas como complementos, no como sustitutas. El verdadero motor de la logística seguirá siendo el profesional capacitado, cuya experiencia y juicio son irremplazables en la toma de decisiones cruciales y la gestión de imprevistos.

La IA podrá ayudar al talento humano, pero nunca podrá sustituirlo. Será la combinación de la IA avanzada con la pericia humana la que creará un sistema logístico simbiótico y robusto, capaz de enfrentar los desafíos futuros del mundo moderno.



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