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4 ideas de negocio honestas y rentables



Diluu: evitar el desarraigo cultural y lingüístico de los niños expatriados

La idea de Diluu se basa en dar clases de idiomas online para niños, por el momento español y francés. Lo que les diferencia de otras soluciones similares en el mercado es que ellos ponen el foco en niños de familias expatriadas que viven en el extranjero para que sus hijos no pierdan el contacto con la cultura y la lengua de sus padres y dejen de hablarla, leerla o escribirla.

Disponen de una metodología basada en el aprendizaje lúdico con clases tanto individuales como en grupos multiculturales para quienes organizan eventos y concursos fuera de las clases con el programa ‘Amigos por el mundo’. Recurren también a la inteligencia artificial para para personalizar la experiencia de aprendizaje con actividades complementarias centradas en las necesidades de cada niño. 

“Entendiendo los desafíos únicos que enfrentan estas familias, nuestro modelo de negocio se construye en torno a la flexibilidad, inclusividad y las necesidades lingüísticas específicas de este demográfico. Este enfoque no solo resuelve un problema, sino que también fomenta un sentido de comunidad entre alumnos de diversos orígenes culturales”, sostienen sus fundadoras, Lucía Marín Fabián y Laura Nuñez Fernández. Ya en 2023, una de las clientas de la empresa les propuso sumarse al proyecto como socia inversora

Ambas coinciden como residentes en Londres desde donde lanzan el proyecto atendiendo a una demanda creciente de colegios y guarderías en la capital británica de clases de español para niños. A los seis meses de la puesta en marcha de la idea con clases presenciales, el negocio ya era rentable. La pandemia de la Covid les brindó luego la oportunidad de empezar a ofrecer sus servicios online y expandir la oferta a familias de todo el mundo en las mismas circunstancias. Actualmente, cuenta con alumnos en más de 50 países, incluidos EEUU, Nueva Zelanda, China o Japón.

Bienvenida la expansión, pero ha supuesto un nuevo desafío para Diluu a la hora de gestionar el encaje de los cambios de hora y los grupos multiculturales. Para resolver este problema que no previeron han tenido que incorporar perfiles informáticos en la plantilla “que cada vez hacen que esta labor sea más fácil”, dicen.

La empresa, constituida en Londres con un capital de 5,855.70€, reúne ya a 30 personas en la plantilla. Monetizan mediante un sistema de suscripción B2C con el que esperan cerrar el año con una facturación de 350.000 euros. Inversión externa no recibieron hasta el año pasado por una suma de 150.000 euros, después de haber conseguido aumentar la facturación un 70% en 2023.

La intención es seguir creciendo y “abarcar los idiomas más importantes para expatriados manteniendo la calidad de nuestras clases para así poder seguir ayudando a más familias”.


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Adrián de Miguel y Alberto Fabra son los fundadores de Belong.

Belong: La idea de trabajar en remoto como si estuvieras en la oficina

Belong es una oficina virtual orientada a eliminar la brecha entre el trabajo presencial y el trabajo remoto, aumentando la visibilidad, la accesibilidad y las conversaciones espontáneas. Dicen humanizar “el día a día en remoto” y aumentar “el sentimiento de pertenencia, de estar en la oficina, por encima de otras plataformas más convencionales de videoconferencia”.

Adrián de Miguel y Alberto Fabra se conocieron dentro del ecosistema Demium de donde salieron con esta idea de negocio con un problema que antes les había afectado a ellos. Aún así, antes de lanzarse consultaron con más de dos centenares de empresas, para recabar información y procurar una solución solvente.

Emprender les supuso a los fundadores renunciar a una nómina bastante suculenta como profesionales por cuenta ajena y meterse en un proyecto con un fuerte componente tecnológico que les obligó a invertir grandes sumas en desarrollo hasta dar con una primera versión de la plataforma. Se valieron para ello de una primera ronda de inversión con 150.000 euros aportados por el fondo de Demium que figura en el capital con un 15%. Más adelante consiguieron un ticket de 50.000 euros más a través de Enisa. 

Para dar a conocer a la empresa, constituida en Valencia y sede en Castellón, y difundir  la herramienta, el año pasado pusieron el foco en el desarrollo y la captación de early adopters por lo que no empezaron a facturar hasta octubre del año pasado. En cuanto al modelo de negocio se basa en el pago de una suscripción por usuario, con una propuesta freemium de hasta 10 usuarios, una cuota de entre 3-6€ por usuario al mes en el plan de pago y una cuota de instalación para las compañías que buscan algo más personalizado.

En el momento de hacer esta entrevista, Belong contaba solo con dos clientes, aunque la visión a futuro es ser la herramienta de referencia para equipos que teletrabajan. “Queremos ser reconocidos como una herramienta que ayude a que los equipos estén más conectados y facilitar que más empresas adopten el teletrabajo después del receso que se ha vivido en estos últimos años», afirman.


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Parte del equipo de Onsecur.

Onsecur: Seguridad transversal siempre en modo ‘on’

De un pequeño negocio de barrio llamado Segur Alerta a una empresa con el nombre comercial de Onsecur que cerró el año pasado con una facturación superior a los 4 millones de euros. Esta ha sido, a grandes rasgos, la evolución vivida como emprendedor por Ramón Palou, dentro del sector de la seguridad.

Todo empieza cuando Marcel Perez Iserte, antiguo compañero de universidad de Palou le plantea la posibilidad de adquirir una pequeña empresa en la que se dedican, principalmente, a vender cajas fuertes e instalando tradicionales sistemas de alarma para pisos en Barcelona. Al final, ambos socios se animan a adquirirla en 2013 con el propósito de transformarla en una empresa de seguridad tecnológica e innovadora con la misión de crear entornos altamente seguros con un servicio cercano de atención al cliente. 

Tras cuatro años de andadura empresarial los socios deciden separar sus caminos y Ramón Palou se establece en 2018 como administrador único. El nombre de Onsecur vino después, dispuestos a diseñar sistemas de seguridad con la mejor tecnología del mundo para ofrecer un nivel de seguridad que nunca nadie había ofrecido antes. El on que precede a ‘secur’ hace referencia a sus sistemas de seguridad, siempre conectados, siempre vigilando. 

Onsecur dirige sus sistemas de seguridad tanto al cliente final -residencias unifamiliares y comunidades de vecinos prime-como al corporativo en sectores como el industrial, hoteles y resorts y edificios de oficinas. En todos los casos garantizan tecnología punta; transversalidad, en el sentido de que incluyen soluciones para la seguridad física, ciberseguridad y otros servicios adicionales como custodia de llaves o tele-rondas; y desarrollos propios, como un Centro de Recepción de Alarmas (CRA), que les permite supervisar en remoto todas las instalaciones y realizar tele-rondas en remoto.

Con una propuesta como la referida, la empresa ha ido escalando con el paso de los años duplicando casi la facturación el año pasado que alcanzó 4.174.000 euros frente a los 2.809.506 euros del año 2022. La previsión para el año en curso es llegar a los cinco millones. Entre sus clientes figuran nombres de la talla de Millenium, Blasson Properties, Moventia o los clubes deportivos del Arsenal y el Real Club Náutico de Barcelona, entre muchos otros. También han diseñado proyectos y en algunos casos instalado toda la solución en Colombia, Portugal, Reino Unido y Francia, aunque su actividad esté centrada en España y Portugal. 

No obstante, de aquí a cinco años, Palou visiona la compañía con un liderazgo consolidado en sistemas de alta seguridad a escala europea “habiendo, incorporado también una división de ciberseguridad potente que sume a la propuesta de valor actual. Me gustaría mucho que internamente pudiésemos estar muy vinculados a los principales fabricantes mundiales aportando todo nuestro conocimiento en I+D+i”, dice el CEO. 

Para alcanzar el objetivo, seguirá apalancándose en lo que cree que han sido las claves de su éxito hasta el momento: máxima calidad de producto y de ejecución; la relación cercana con los fabricantes de tecnologías innovadoras, un excelente servicio postventa, la digitalización de la compañía y, sobre todo, trabajando con buenos profesionales y buenas personas. 


4 ideas de negocio honestas y rentables
Fran Grau.

Kydemy: el software que necesitaban las academias artísticas

Kydemy es un SaaS (Software as a Service) para la gestión integral de escuelas y academias, especialmente del sector artístico. Cuando comenzaron con el proyecto, en 2018, trabajaban solo con escuelas de baile, pero progresivamente han ido abriendo el espectro a más disciplinas artísticas. Actualmente cuentan con más de 250 clientes de España y Latinoamérica dentro del mundo formativo de la danza, música, idiomas o arte, entre otras.

Fran Grau es el CEO y fundador de Kydemy, un proyecto que lanza en 2017 tras detectar la falta de software para academias de danza moderna que agrupara todas las tareas de gestión diaria del centro, desde asistencias hasta calendarios de clases y cursos, seguimiento de pagos y deudas o clases en línea, entre otras funcionalidades. En esto se basa la solución que aporta Kydemy al mercado a cuyo proyecto se sumó, ya en 2019, como socio y cofundador Joan Picornell. Ambos constituyen finalmente la compañía en enero de 2021, en Ruzafa (Valencia).

Para entender mejor el contexto y crear un producto útil que respondiera a las demandas del sector de educación artística, llevaron a cabo antes una serie de entrevistas con propietarios y academias. La sorpresa llega al descubrir que la inmensa mayoría seguían funcionando con boli y papel y, a lo sumo, con excel. Automatizar y facilitar la gestión es lo que permiten ellos con su software en la nube que posibilita a los clientes, mediante el pago de una cuota de suscripción -mensual o anual-, acceder a todas las funcionalidades y servicios que ofrecen. Disponen de cuatro planes distintos en función de la cantidad de alumnos activos. 

La solución incluye también servicios extra adicionales como son una app personalizada para los alumnos o una aplicación QR para gestionar las asistencias de forma automática. 

La empresa, que facturó algo más de 60.000 euros el año de sus constitución, cerró el año pasado con 176.000 euros facturados y que confían en convertir este año en más de 250.000 euros. La compañía es rentable, sin necesidad de apoyo económico de terceros, desde 2023.

En cuanto a clientes, los 250 ya referidos se encuentran repartidos por todo el mundo, con especial presencia en España y México que representan el 77% y el 15% de su portfolio respectivamente. La senda que se han marcado es llegar a academias artísticas de nuevos mercados, incluido el norte de America “y ofrecerles la mejor solución de software posible”.

Ana DelgadoLarga trayectoria en el oficio del periodismo. Sé poco de mucho y mucho de nada


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