Policía activo habría golpeado a su pareja, allegados de la víctima hacen una denuncia post mortem, por maltrato intrafamiliar

Las calles de Bogotá están custodiadas por un uniformado que hace 4 años golpeó brutalmente a unos jóvenes en un CAI. SEMANA dejó en evidencia en septiembre de 2023 que mentía descaradamente a un juez para desviar una investigación sobre ataque a servidor público. Ha tenido orden de captura por un presunto caso de acceso carnal violento, que se habría registrado en 2022. Recibe atención para el manejo descontrolado de la ira, pero al parecer eso no evitó que golpeara a su pareja, la misma que hace 11 meses fue encontrada por él sin signos vitales.

El protagonista del perfil descrito es el subintendente Jeison Andrés Chipantasig García, asignado a la seguridad de TransMilenio. Precisamente, mientras realizaba labores de control en el sistema de transporte se conoció la denuncia de una joven que aseguró que el uniformado cometió delitos sexuales contra ella, lo que le dio orden de captura, debido a que no se presentó a la audiencia de imputación de cargos. Cuando fue conducido por obligación, no aceptó cargos y hoy en día se defiende en libertad, trabajando como policía, pues el juez no consideró que fuera un peligro para la sociedad.

Pero hay una familia que alerta del peligro que puede representar este individuo en las calles, pues no solo con la ciudadanía ha tenido inconvenientes, sino también en el ámbito familiar. Hay registro de que el 5 de mayo de 2023 golpeó hasta el cansancio a Natally Gómez Pérez, su pareja. La mujer de 35 años llegó a un hospital pidiendo ayuda por dolores fuertes que, según narró, los había ocasionado el hombre con el que vivía; presentaba trauma en cabeza, región torácica, brazos y piernas. Ella no quería denunciarlo, porque la había amenazado con que si hablaba les causaba daño a sus seres queridos. Pero en ese momento era obligación de la entidad prestadora de salud alertar a las autoridades para evitar que sucediera una tragedia; sin embargo, esto no se habría hecho.

SEMANA conoció una grabación en la que se escucha a Chipantasig aceptando que había golpeado a Natally en al menos tres oportunidades, argumentado que la ama y que desconoce por qué reacciona de esa manera, pero dando a entender que él le ha advertido cómo tiene que comportarse para evitar desenlaces como esos. Y ruega a sus seres queridos por perdón e incluso que no lo denuncien. Él siempre le indicó a Natally que si ella llegaba a hablar, se le dañaría su carrera como policía y tenía que pensar en que necesita el trabajo para mantener a sus hijos, que no son en común. Ella al parecer cedió al chantaje de no denunciar, pero terminó del todo la relación.

Tres meses después, el 26 de julio de 2023, Chipantasig llamó al hijo de Natally, menor de edad, no a los hermanos adultos con los que él tenía contacto, para decirle que ella le había mandado un mensaje de un número que nadie más conocía, con un mensaje de despedida. Él fue hasta el apartamento y encontró a la mujer que decía amar, sin vida. Las autoridades aún no han certificado que se trate de un suicidio, el caso no ha sido cerrado. Una vez la familia se enteró de lo ocurrido, consultó con algunos abogados que le manifestaron que, aunque su hermana ya estuviera muerta, podían denunciar a Chipantasig por maltrato intrafamiliar, por lo que tuvo que vivir ella los últimos años de su vida. Y así lo hicieron.

El pasado 8 de noviembre dieron aviso a la Fiscalía, dejando claro que era una denuncia post mortem. Lo irónico es que citaron a Natally como víctima para que diera su declaración un mes después. “Uno ve que todo el mundo se indigna cuando hay caso de maltrato, pero ¿qué hacen realmente las autoridades para evitarlo? En este caso el agresor es un policía”, dice uno de los familiares de Natally.

Este es el video en el que Chipantasig golpea a detenido y miente a juez:

SEMANA ha hablado con las víctimas de los casos que han denunciado alguna arbitrariedad por parte de Chipantasig. No se conocen entre sí, pero coinciden al asegurar que luego de que hablan son víctimas de amenazas. Dicen que el proceso que emprenden buscando justicia es largo y tedioso mientras el uniformado sigue brindando seguridad a los bogotanos. La Policía Nacional está revisando con lupa el caso.