Tecnologia

La vulnerabilidad de internet es una grieta en la ciberseguridad


Casi el 90% del comercio mundial se concreta vía internet, una red que cuenta con 5.350 millones de usuarios que realizan miles de millones de transacciones online. Las criptografías podrían aportar mayor respaldo al sistema vigente.

Según el portal de estadísticas en línea “Statista”, casi el 90% del comercio mundial pasa por internet. Plataformas online, servicios B2B y B2C, marketplace y comercio electrónico, han crecido gracias a las posibilidades que ofrece la expansión y los alcances que ofrece internet.

Los dispositivos móviles han impulsado el tráfico en la red y según el sitio Market 4E Commerce, el número de usuarios de internet alcanza los 5.350 millones de usuarios, que significa un crecimiento de 1,8% anual. Es sabido que internet nunca fue pensado para albergar esa cantidad de tráfico, por lo tanto, no es de extrañar el constante colapso que sufre con caídas masivas o sectorizadas y problemas en los accesos.

Pero aún más preocupante se vislumbra en este entorno la seguridad de los usuarios y de transacciones online. La red ARPANET, creada en los años 60 por Estados Unidos, es la madre de internet y fue pensada para tener acceso a la información desde cualquier punto y compartir información. Supongo que ninguno de los creadores imaginaba que se transformaría en lo que es hoy y por tanto, la ciberseguridad no fue su punto más fuerte.

Los protocolos TCP/IP que todavía hoy se utilizan son de esa época, incluso la primera contraseña digital fue creada por el profesor de informática del MIT Fernando Corbató en 1961. Analizando algunos de estos datos nos damos cuenta que la tecnología avanzó a pasos agigantados en los últimos 65 años, pero es llamativo que las bases que soportan las comunicaciones online sigan siendo las mismas.

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Es cierto que se mejoró mucho y se implementaron cambios estratégicos, pero no deja de ser la misma base, pero con muchas mejoras. De hecho, en 2020 una popular tira cómica en línea llamada XKCD publicó una caricatura en donde dice que “toda la moderna infraestructura digital es un proyecto que una persona de Nebraska mantiene desde 2003”.

Aunque parezca un eufemismo, en la realidad no está muy lejos de ser así ya que, aunque nadie lo pueda creer, hace apenas dos meses Andrés Freund, un ingeniero de Microsoft, publicó una historia en donde, gracias a una pruebas de rutina encontró, casi por casualidad, un ciberataque en un conjunto de utilidades que utilizan los sistemas operativos para la compresión de datos.

En pocas palabras, toda la internet había sido comprometida por un malware que podía ingresar y robar datos de cualquier servidor en línea. 

Todavía parece increíble que, siendo internet una red mundial de semejante importancia, pueda ser tan vulnerable al punto de que los hackers sean capaces de manipularla con tanta facilidad. Y no es que sea muy complicado porque, como vimos anteriormente, las bases de internet siguen siendo protocolos desarrollados hace más de 60 años.

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Es un punto más que apremiante la necesidad de un cambio en la forma y los protocolos de transmisión de datos y comunicaciones online. Por este motivo es que ya hace unos pocos años se habla de la inminente llegada de la web3. Todavía en fase inicial, este nuevo concepto propone como punto fundamental la protección intrínseca a través de redes criptográficas, bases de datos encriptadas y transacciones protegidas.

Claro que, un cambio tan radical, es difícil de realizar en el corto plazo, pero hay posibilidades actuales que ya están funcionando y que pueden ser implementadas con los recursos y las herramientas con las que contamos. Las criptomonedas dieron el primer paso al crear un sistema transaccional basado en redes criptográficas.

La criptografía no es algo nuevo, si tenemos en cuenta que los primeros sistemas utilizados con máquinas se remontan a la primera guerra mundial. Pero lo maravilloso de la criptografía es que no tiene límites, es posible crear todo tipo de sistemas complejos, se adapta a cualquier sistema y fue creado para las comunicaciones.

La criptografía tiene un sinnúmero de posibilidades y aplicaciones. Hoy en día grandes empresas como Microsoft, IBM e Intel promueven y utilizan algún tipo de cifrado para la transacción de información. Los sistemas criptográficos proporcionarían un nivel de ciberseguridad de alta prestaciones para las transacciones, las bases de datos y los usuarios online. La ciberseguridad es hoy uno de los temas más preocupantes que debe ser abordado con celeridad y eficacia para que se pueda dar una solución real a la vulnerabilidad de internet y los constantes ciberataques que son cada vez más frecuentes.

Según la publicación “Red de Seguridad” el costo de los ciberataques a nivel global ya está cerca del 1,5% del PBI mundial y según “Cybersegurity Ventures” se espera un crecimiento de 15% anual llegando a los 10,5 billones de dólares para el 2025. En pocas palabras el cibercrimen es hoy “la tercer economía más grande del mundo”.

Para encarar una solución se pueden utilizar las soluciones criptográficas propuestas por la web3 utilizando internet como red de soporte y web3 como red de transporte. Bajo esta premisa se pueden construir sistemas de comunicaciones completos y propietarios que protejan a los usuarios, las transacciones y sus datos de manera segura y eficiente.

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Ya se encuentran en desarrollo este tipo de sistemas que utilizan diferentes herramientas criptográficas, cifrado de bases de datos y protección de usuarios que proveen seguridad inmune a ciberataques. Esta sería una solución de ciberseguridad completa en donde suministra una red de comunicaciones encriptadas, una base de datos cifrada y una central de monitoreo, seguridad y defensa que protege a todas las transacciones.

La integración de diferentes herramientas es la clave para garantizar una protección efectiva contra todo tipo de ataques en línea. Este tipo de sistemas encripta la información con protocolos de alta seguridad, idénticos a los que INTEL está utilizando en alguno de sus chips de última generación. También incluye una base de datos con un sistema de cifrado homomórfico, que grandes empresas como IBM y Microsoft ya están promoviendo como la próxima generación en protección de datos.

La tecnología existe y está disponible. Sólo es cuestión de saber cómo utilizarla y más aún cómo hacer una perfecta integración para que funcionen en forma coordinada. La red internet del siglo XXI tiene una grieta que compromete a la ciberseguridad mundial y merece ser reparada.

*CEO de PAIP Cibersecurity

 



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