“Si no se les forma, es posible que no conozcan la forma en que usted quiere utilizarla en su organización”, afirma, señalando que lo más probable es que sigan utilizándola para el trabajo, pero de formas que podrían ser más adecuadas para el uso personal y que no son propicias para la privacidad, la protección de datos, la ética y otras preocupaciones relacionadas con la IA.
Teniendo esto en cuenta, Andrews, de Gartner, defiende que es crucial ofrecer a los empleados un lugar donde innovar con la IA. “Lo más importante es dar a la gente algo que hacer con la información que es relevante para su trabajo en un entorno seguro, donde no están siendo obligados a defender su compensación”, dice. Esto incluye hackathons, promptathons y otros talleres de innovación del mismo estilo, que Andrews cree que cualquier tipo de organización puede adoptar.
La IA ejerce mucha presión sobre tres cosas, afirma Flowers: la curiosidad, el pensamiento crítico y la colaboración, que incluye la relación con los demás y con la propia tecnología. Debido a esto, el riesgo de disrupción es grande, por lo que es vital que las organizaciones se adelanten a sí mismas.
