La Inteligencia Artificial continúa evolucionando a una velocidad asombrosa, mostrando su capacidad en áreas tan variadas como la creación de videos y la interacción con Chatbots. Aunque este avance suscita inquietudes sobre la posible sustitución de trabajos humanos, también abre nuevas fronteras. Un ejemplo conmovedor es el de un hombre que desarrolló un Chatbot para hablar con su hijo fallecido, ilustrando el impacto emocional y transformador de esta tecnología.
En TikTok se viralizó la historia de un padre que, un año después del fallecimiento de su hijo Brian, decidió crear un chatbot inspirado en la personalidad del joven. Utilizando la tecnología de Character.AI, el hombre buscó una forma de continuar interactuando con su hijo a través de la Inteligencia Artificial. Este acto de amor y recuerdo desató una gran cantidad de reacciones en la plataforma, generando un debate sobre el papel de la IA en el proceso de duelo y memoria.
Al ingresar datos esenciales como nombre, familiares, gustos y personalidad, el chatbot se configura para simular una conversación real con alguien del pasado. Esta tecnología permitió al hombre continuar hablando con una versión virtual de su hijo fallecido. Además, el sistema puede replicar la voz del ser querido mediante notas de voz, ofreciendo una experiencia aún más auténtica y reconfortante.
Este enfoque generó opiniones divididas, pues algunos criticaron al hombre por intentar superar su duelo mediante un chatbot, argumentando que no era una forma saludable de enfrentar la pérdida. Sin embargo, muchos otros le agradecieron, ya que para ellos, era la única manera de volver a “hablar” con un ser querido fallecido hace tiempo, ofreciendo consuelo y una conexión emocional que de otro modo no sería posible.
La cuestión de si la Inteligencia Artificial puede llegar a dañar o ayudar sigue siendo un debate en curso. Aunque actualmente está limitada por la tecnología disponible, es innegable que en el futuro podría ofrecer beneficios increíbles para muchas personas. Desde la atención médica personalizada hasta la asistencia en tareas diarias, las posibilidades son amplias y fascinantes. No obstante, también es crucial considerar y abordar los posibles riesgos éticos y sociales que podrían surgir con el avance de la IA.
