Las razones por las que la IA no sustituirá a los programadores, según este referente de la profesión

La IA está causando preocupación en algunos programadores por su capacidad de escribir código informático pero hay razones por las que no podrá sustituirles, según Douglas Crockford, creador del formato de datos JSON, uno de los más usados del mundo.

La llegada de la inteligencia artificial ha supuesto un terremoto para prácticamente todos los sectores, sobre todo en el mundo de la tecnología, y uno de ellos es la programación.

Los avances en algoritmos de inteligencia artificial que pueden escribir código han hecho que muchos programadores lleguen a temer que esta tecnología puede llegar a quitarles el trabajo en un futuro no demasiado lejano, e incluso hay gente que ya se plantea si es buena idea estudiar programación por la IA.

Douglas Crockford, creador del formato estructurado de datos JSON, ideado en 2001 y que a día de hoy sigue siendo uno de los más utilizado del mundo, admite que hay ciertos riesgos pero descarta que la IA vaya a reemplazar la profesión de programador por varios motivos.

Así lo ha asegurado Crockford en una entrevista concedida a Computer Hoy con motivo de su participación en la conferencia Connect 24 de KeepCoding, centrada en la tecnología y el humanismo y celebrada en Madrid, en la que también ha hablado de sus planes para crear un nuevo modelo de programación más seguro. 

De hecho, este genio de la programación recuerda que no es la primera vez en la historia que los programadores temen que una máquina les quite el trabajo, algo que lleva ocurriendo desde hace más de cuatro décadas, cuando en los años ochenta se comenzó a hablar de generadores de programas, que no usaban IA pero sí estaban automatizados. Pero el miedo siempre ha acabado siendo infundado.

“Hemos escuchado cosas así [que una máquina quitaría el trabajo a los programadores] una y otra vez. Y de momento no han sucedido porque es demasiado difícil”, afirma Crockford.

La noción de que una IA puede llegar a reemplazar el trabajo de un programador, en muchos casos, proviene de personas que no comprenden realmente lo que hacen estos profesionales –aunque por ejemplo Sam Altman reconoce que la IA transformará el trabajo.

“Es fácil subestimar la dificultad de lo que hacemos los programadores. Es bastante increíble lo que hacemos, porque la evolución no nos ha preparado para escribir programas de ordenador”, asegura el creador de JSON.

Pero lo cierto es que la IA generativa supone un cambio con respecto a los anteriores paradigmas de creación automatizada de software. Su capacidad de procesar grandes cantidades de datos y responder con lenguaje natural exceden con mucho las capacidades anteriores, y esto preocupa a los programadores y a otras personas que temen que sus puestos de trabajo desaparezcan por la IA.

En este sentido, Crockford distingue dos tipos de programación: por un lado la que reescribe constantemente los mismos códigos una y otra vez desde hace décadas con cambios mínimos, como por ejemplo la que utilizan los bancos; y por otro lado, los programadores que crean cosas completamente nuevas, que en su mayoría trabajan para startups.

“La IA podría hacer un buen trabajo para tareas como los bancos, aunque habría que tener mucho cuidado. En el caso de la programación para startups, no puedo imaginarme cómo la IA podría sustituirla”, afirma, reservando al ser humano la capacidad de encontrar grandes innovaciones.

La utilidad de la IA al programar

La llegada de la IA generativa en este momento está facilitando en muchas tareas el trabajo de programadores y desarrolladores. En los últimos años se han lanzado multitud de herramientas que ayudan en el proceso de escribir código informático. 

Uno de los más populares es Copilot de GitHub, la plataforma de desarrolladores propiedad de Microsoft, pero cuenta con competidores importantes como OpenAi Codex, Amazon CodeWhisperer, AskCodi, Replit o PolyCoder, entre tantos otros.

En este sentido, Crockford recuerda los riesgos de utilizar una IA entrenada con millones de líneas de código público que no necesariamente tienen que ser correctos o tener sentido.

“La IA está ganando mucho peso, pero en el fondo no entiende cuál es el problema. Lo único que sabe la IA es que ha visto mucho código en GitHub y así es cómo la gente suele hacer este tipo de cosas”, explica.

El creador de JSON propone una nueva forma de colaborar entre programadores y herramientas de IA.

“Una estrategia más útil para programar es que un humano y un robot trabajen juntos. La persona hará recomendaciones y el robot lo hace, después el humano lo comprueba, y así sucesivamente. No he visto hasta ahora que se pruebe esta idea, pero creo que sería la más fructífera“, asegura.

La alternativa de encargar a una IA que se encargue de escribir un programa sin supervisión es la peor opción según Crockford.

“Me parece preocupante si se deja que cualquier persona pida a una IA que escriba un programa y que después se cree que eso no va a provocar problemas”, alerta.

El programador solitario frente a los grandes equipos

Crockford es uno de los pocos representantes que quedan en la actualidad de una forma de trabajar que caracterizó a los programadores hace varias décadas pero que hoy en día es una especie en extinción: el lobo solitario que programa de forma independiente.

“Soy una de las últimas personas que quedan escribiendo cosas grandes yo solo. En la mayoría de casos hoy se trabaja en equipos de miles de programadores“, afirma.

Un ejemplo paradigmático es el de Unix, sistema operativo creado en 1969 por solo por un pequeño grupo liderado por dos programadores de Bell Labs. En la actualidad, decenas de miles de personas trabajan en el mantenimiento y desarrollo de Unix, sistema que es la base de Linux y macOS, entre otros.

La IA tendrá consecuencias: más software propietario y menos gratuito

Pero precisamente este cambio a equipos de desarrolladores cada vez más grandes en detrimento de los pequeños programadores independientes podría acabar de producirse debido a la inteligencia artificial.

La llegada de la IA no solo pone en inferioridad de condiciones al programador independiente, sino que conduce a la industria hacia un modelo en el que el software propietario será cada vez más dominante y el convencional y gratuito pasará a ser toda una rareza.

“Como individuo, nadie puede permitirse desarrollar una IA con seguridad, hace falta ser una gran empresa como IBM, Microsoft o Google para lograr algo así”, explica.

Esta tendencia hará cada vez más difícil que aparezcan programas gratuitos creados por desarrolladores independientes pero utilizados por millones de personas, desde WinRAR hasta WhatsApp o Minecraft –en estos últimos casos adquiridos más tarde por Meta y Microsoft, respectivamente.

“Desprenderse del software convencional puede beneficiar a grandes empresas como Microsoft y servirle para sustituirlo por herramientas de IA, en las que tienen una clara ventaja en la actualidad”, apostilla el genio de la programación que creó JSON.

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Programación, Software