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Diciembre 7.- A medida que el precio de Bitcoin se ha disparado a nuevos máximos históricos, un desfile de profesionales de la inversión de renombre como el CEO de BlackRock, Larry Fink, y la leyenda de los fondos de cobertura, Stanley Druckenmiller, han hablado de sus perspectivas, sobre el BTC como una reserva de valor demostrablemente escasa, y una batalla de narrativas entre los fanáticos del oro y los fanáticos de bitcoin se viene presentando en los medios especializados.
Oro vs Bitcoin
Peter Schiff, uno de los defensores más acérrimos del oro como inversión de reserva de valor y como estándar global para respaldar las monedas, se ha activado especialmente.
La semana pasada se dieron una serie de tweets de Schiff, etiquetando a Bitcoin como un instrumento especulativo que carece de las propiedades físicas de refugio seguro del oro y quejándose de la falta de tiempo al aire otorgado en medios a los defensores del oro frente a los “bitcoiners”.
Esta puja refleja algo mucho más grande que una disputa de trols de Twitter. Surge de un audaz esfuerzo de la comunidad cripto para reescribir una antigua narrativa.
En última instancia, ganar en este campo es lo que importará en esta competencia. Como hemos comentado antes, una moneda puede tener una gran cantidad de propiedades valiosas, pero si no se cree en ella, si la historia no resuena, no se aceptará como dinero entre una comunidad de usuarios.
Revisemos diferencias en la narrativa de ambos valores:
Oro: de reyes y conquista
Los defensores del oro mencionan con frecuencia las cualidades que lo convierten en un sólido depósito de valor con el que protegerse contra la degradación de la moneda fiduciaria:
Es duradero: El oro no se puede destruir.
Es fungible: En su estado puro, los lingotes tienen el mismo valor independientemente de la barra que tenga en la mano, lo que permite su aceptación como medio de intercambio y depósito de valor.
Es divisible: Después de la fundición, el oro se puede descomponer en monedas y lingotes de cualquier tamaño.
Es portátil: Dentro de ciertos límites, puede transportar oro de un lugar a otro.
Y lo más importante, es escaso: Dejando de lado la viabilidad futura o no de la minería de asteroides, el ritmo lento y costoso al que se pueden extraer las reservas de oro conocidas en el mundo significa que, a diferencia de las monedas de papel fiduciarias, su suministro no se puede ampliar a voluntad.
Tenga en cuenta que estas propiedades también se le atribuyen a Bitcoin y con una superioridad al oro.
Bitcoin es ciertamente más portátil y más fácil de dividir, y su escasez es posiblemente más confiable.
Pero si bien la durabilidad, la fungibilidad, la divisibilidad, la portabilidad y la escasez son condiciones previas necesarias para un dinero sólido y no fiduciario, no son suficientes por sí solas. Hay otros metales preciosos, como la plata y el platino, con cualidades similares. Y hay altcoins literalmente construidos a partir del mismo código que bitcoin. Lo que en última instancia distingue tanto al oro como al bitcoin de sus competidores es la amplia creencia colectiva en su valor compartido.
En el caso del oro, esta creencia no solo está muy extendida, es una narrativa que ha calado de manera profunda desde hace siglos.
Historia que respalda al oro
El oro es materia de cuentos de hadas como el del rey Midas. Impulsó la conquista de las Américas, encapsulada en la búsqueda de El Dorado. Se convirtió en sinónimo de riqueza y poder.
Y con la belleza, hasta el punto en que hablamos de la belleza del oro como si fuera innata o intrínseca. Pero la belleza se construye culturalmente. Si bien la evidencia sugiere que el uso del oro en joyería precedió a su uso como dinero, existe una lógica circular que refuerza la idea estética. Tenemos siglos de asociar el oro con la riqueza y el poder que elevaron su belleza en nuestras mentes.
En otras palabras, existe un poderoso circuito de retroalimentación que surge de la historia de "todo lo que brilla es oro". Refuerza su poder cultural, un concepto efímero e intangible que en realidad es más importante que esas cinco cualidades físicas antes mencionadas para otorgar al oro su estatus de larga data como depósito de valor universal.
Bitcoin: Matemáticas para las masas
Entonces, como se puede ver, quienes impulsan la narrativa de Bitcoin se enfrentan a un competidor desalentador, un fenómeno con un peso cultural milenario.
Sin embargo, este momento parece propicio para una nueva historia. Hemos entrado en una era digital, en la que el mundo físico está cada vez más configurado y gestionado por un mundo informático independiente. Ese mundo necesita un "oro digital", no un oro físico.
Resulta que la forma de crear ese oro digital es combinando el poder de las matemáticas, otro invento humano antiguo y todopoderoso que gobierna cómo vivimos, con el poder de la actividad humana colectiva. Esa combinación es lo que hace que la historia de Bitcoin sea tan convincente.
En esencia, el modelo de consenso de prueba de trabajo (que nos permite confiar en las transacciones registradas en el libro mayor de blockchain distribuido de bitcoin) depende del hecho de que matemáticamente es realmente muy difícil encontrar un número elegido al azar dentro de un conjunto de datos que comprende millones de otros números.
La afirmación sobre Bitcoin y su escasez demostrable, que es fundamental para la narrativa de la reserva de valor a la que ahora se están concentrando los peces gordos de los inversores institucionales, depende más que sus matemáticas, que, después de todo, pueden ser y han sido replicadas en horquillas de altcoin del código. También se deriva del compromiso y la inversión masiva de personas (de tiempo, dinero y energía).
La oferta monetaria predeciblemente escasa de Bitcoin depende de que sea prohibitivamente costoso para que cualquiera tome el control de la red y de que haya un grupo internacional suficientemente grande y comprometido de desarrolladores que trabajen para mantener su código seguro.
Ahí es donde la resonancia cada vez mayor de la narrativa se cumple: A medida que más y más gente crea en Bitcoin, más y más invierten en él, hace que sea cada vez más caro atacarlo. Mientras tanto, una creencia más amplia significa que cada vez más desarrolladores se preocupan por proteger el valor de Bitcoin. Ambos factores lo
hacen cada vez más seguro, lo que a su vez refuerza cada vez más su reclamo de escasez.
Esto es lo que hace que la historia de bitcoin sea más atractiva que la del oro. Más que historias de reyes y conquistas, se trata de la participación humana bajo el gobierno de principios matemáticos universales.
Esta batalla narrativa épica tiene un largo camino por recorrer y está atravesada por la posibilidad de que los usuarios puedan contar con más opciones para poder acceder al llamado oro digital.
Faswet es una posibilidad para el mundo criptográfico
Esta nota trata de esa interesante batalla que se dá en lo cultural sobre lo que buscamos como valores que nos permitan mejorar nuestras perspectivas económicas.
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