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“El déficit de médicos no se va a suplir en bastantes años. Hay que ofrecerles flexibilidad y conciliación”


La Consellería de Sanidade ha experimentado una auténtica revolución desde la llegada de Antonio Gómez Caamaño, que no solo acometió una ambiciosa renovación de su cúpula sino que avanzó un giro en las políticas sanitarias. Sin embargo, ni un solo cuadro ha movido en el despacho de su predecesor, Julio García Comesaña, que sigue tal cual lo dejó.

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La única novedad es una fotografía enmarcada de David Bowie en la que el carismático artista británico se coloca el dedo sobre la boca para pedir silencio. El conselleiro explica que se la regaló un amigo para recordarle lo importante que es callar en política.

–Ha llegado a la Consellería de Sanidade y le ha dado un vuelco introduciendo cambios importantes, empezando por el organigrama. Parece una enmienda a la gestión anterior…

–Los cambios se hacen porque llega una persona nueva, partiendo de la base de que la gestión del equipo anterior la considero muy buena, de mucho valor. Esto no es un reproche a todo lo anterior. Simplemente considero que había cosas que cambiar. Antes había dos partes: el Sergas y la Consellería de Sanidade, que trabajaban en el mismo sitio pero de una manera paralela. Para hacer la Consellería realmente funcional, que las cosas fuesen más rápido, evitar solapamientos creemos que lo ideal era colocar todo bajo un mismo paraguas. De esta manera todo lo que es planificación, gestión, prestaciones y asistencia estarán juntas.

“Debemos pasar de preguntarnos cómo mejorar la sanidad a cómo optimizar lo que tenemos ”

–Al tomar posesión del cargo usted dijo que venía con “ideas diferentes” y que quería “cambiar las cosas” ¿Qué cosas quiere cambiar?

–Hasta ahora el modelo estaba basado en incrementar prestaciones progresivamente. Quiero cambiar a un modelo basado en incorporar de forma ágil y racional toda innovación diagnóstica y terapéutica y optimizar todo lo que tenemos. Se dice que si quieres evolucionar hay que cambiar las respuestas a las preguntas. Pero si quieres revolucionar tienes que cambiar las preguntas. Tenemos que pasar de preguntarnos cómo podemos mejorar la sanidad a realmente cómo podemos optimizar lo que tenemos.

–Porque los recursos económicos son limitados…

–Aquí en Galicia nuestra realidad es que tenemos a gente concentrada en grandes urbes y después gente muy dispersa en pequeñas áreas rurales, además de una población envejecida y pluripatológica. Y tenemos que adaptarnos también a una cosa que nos viene encima y que es inevitable: la nueva idiosincrasia, cómo piensan los nuevos profesionales sanitarios. Son muy dueños de sus derechos. Antes era impensable que un médico acabase su formación y rechazase un contrato y ahora sí. Tienen una visión de la vida mucho más práctica.

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, en su despacho

–De hecho, uno de sus mayores retos será afrontar el déficit de médicos. ¿Qué medidas piensa implantar para paliar este problema?

–El gran problema es la ausencia generalizada de profesionales sanitarios aquí en España y en Europa. Las cifras si las ves en frío llaman poderosamente la atención y son preocupantes. No vamos a poder suplir este déficit a corto plazo. Hasta dentro de bastantes años no se podrá recuperar todo lo que hace falta porque los médicos no se fabrican. Es una cosa que o se planifica a largo plazo o no tiene solución.

–Y si no hay posibilidad de paliar esa situación a corto plazo, ¿cómo se va a garantizar la atención sanitaria?

–Creo que puede ser de gran ayuda la inteligencia artificial. La IA va a revolucionar la medicina y yo creo que nos va a permitir mantener el sistema. Va a cambiar la manera en la que se diagnostica y se trata, la relación médico-paciente. Va a ser una auténtica revolución. Por ejemplo, imagínate a una población como la gallega de mayores con pluripatologías, los vas a poder tener monitorizados en casa.

–Es decir, ¿tendremos que acostumbrarnos a trabajar non menos médicos y más recursos tecnológicos?

–Ese es el planteamiento. Ese es el impacto que va a tener.

–Ha dicho que quiere “prestigiar” la figura del médico de familia. ¿Cómo se hace eso?

–Lo primero reconociéndolo. En segundo lugar haciendo que los médicos de Primaria trabajen realmente como médicos. Para ello hay que desburocratizar al máximo, porque se calcula que el 30 por ciento del trabajo que hacen son papeleos. Un problema que tenemos es que los profesionales sanitarios han bajado los brazos porque están agotados. Y_no queremos que trabajen más, queremos que trabajen mejor. Se prestigia la Atención Primaria dándoles medios, metiéndolos en la universidad. Apenas hay profesores de universidad que trabajen en centros de salud. Se va a favorecer la investigación en Primaria. Nosotros no tenemos competencias en gestión y planificación para aumentar los médicos de familia, pero sí podemos acreditar más plazas para formación y eso es lo que vamos a hacer en la siguiente convocatoria MIR.

–Los médicos piden más conciliación y flexibilidad laboral para trabajar en Primaria. ¿Eso es factible?

–No queda otro remedio. Son medidas que va a haber que tomar. Tenemos que ofrecerles contratos estables al finalizar la residencia, medidas de conciliación, incentivos económicos. Hay que ir a un sistema más flexible: favorecer la autogestión del trabajo, no estar contenido en un horario muy determinado. Lo que importa es lo que produzcas en salud. La gente es más productiva cuando está contenta.

–¿Y los salarios? ¿Cobra suficiente un médico de Primaria?

–Todo lo que incentiva a mayores siempre va a estar bien pero a día de hoy la gente está bien pagada. El problema no es el dinero, el problema son las condiciones con las que trabajan con una sobrecarga asistencial muy importante.

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño

–Prepara un plan para desburocratizar la Atención Primaria. ¿En qué consistirá?

–Se trata de quitar todo el papeleo relacionado con certificados, recetas e intentar que ocupe el menor tiempo posible. Por ejemplo para la renovación de recetas de crónicos queremos aumentar muchísimo la plantilla. Se trata de que certificados que tiene que hacer un médico sea muy fácil hacerlos. Y después enseñar a la población para que sepa qué informes tiene que pedir a un médico y cuáles no, porque muchas veces la gente va al centro de salud a pedir cosas que no se corresponden a las funciones que realmente tiene que ejercer un médico.

–Ha avanzado que este será un verano “difícil” por la falta de médicos y anunció un plan para afrontarlo. ¿Qué medidas se contemplan en ese plan?

–Todos los veranos son difíciles porque los profesionales se van de vacaciones. Estamos haciendo un análisis de la situación por cada área sanitaria para ver dónde puede haber puntos de tensión o puntos de posible falta de cobertura. Cuando tengamos todo eso, empezaremos a tomar medidas específicas dirigidas a esos puntos más débiles de cobertura sanitaria. La atención siempre va a estar cubierta y las urgencias, lo que pasa es que a lo mejor en un sitio que tenía dos médicos pues va a haber uno. A lo mejor también resulta que hay que tomar alguna medida para concentrar durante los meses de verano la atención sanitaria en un determinado punto al que todo el mundo pueda acceder.

–¿Está hablando de reagrupar o fusionar centros de salud cerrando otros para concentrar la atención sanitaria?

–Los centros de salud van a funcionar, pero se puede centralizar la asistencia de esos pequeños consultorios en un centro de salud próximo porque al final no vas a tener gente para cubrir absolutamente todo. Sabemos que es imposible.

–¿Y los PAC? ¿Habrá que cerrar PAC?

–Todavía no tengo el estudio de todas las áreas sanitarias, pero consultorios todos los veranos se han cerrado. No es algo de ahora.

–Se ofrecerá a los MIR de cuarto año cubrir vacantes durante el verano. ¿Cuántos voluntarios se han presentado de momento?

–Estamos aún hablando con las comisiones de docencia y las juntas de personal. El feeling que tenemos es bueno. Confiamos en que estos residentes puedan echarnos una mano.

–¿Podrán rotar por otros centros de salud distintos a aquellos donde se están formando para reforzar así la atención en esos puntos?

–Si hace falta, a aquellos más cercanos a donde están, pues no habría ningún problema.

–Las sociedades científicas de Primaria han mostrado su rechazo a que estos MIR pasen consulta sin supervisión. ¿Van a tener supervisión? Parece que no ha quedado claro…

–En primer lugar, no haría falta que estuviesen supervisados porque así lo marca su programa formativo. Pero aquí vamos a supervisar. Tendrán acceso más o menos directo a un tutor, que puede ser otro médico. Si uno de estos residentes va a ir a urgencias, siempre va a haber gente allí para poder consultar las dudas. Pero que conste que mucha gente protesta por esta medida y dice que es una “ocurrencia”, pero sé de algunos que son médicos de familia y que hicieron una especialidad de tres años, no de cuatro como ahora. ¿Qué pasa? ¿Qué ellos tendrían que haber hecho un año más?

–También ha planteado la posibilidad de que haya médicos itinerantes. ¿Como se articularán estas itinerancias? ¿Cuántos habrá?

–Estamos elaborando el documento oficial, la normativa. Se trata de gente voluntaria que, por generosidad o porque quiere ganar más dinero, pues decide ayudar. El trabajo que hagan estará premiado económicamente.

–En O Barbanza se ha ofrecido a los médicos de familia que tengan allí su segunda residencia que trabajen en el centro de salud. ¿Se hará extensible esta medida al resto de Galicia?

–Es algo muy puntual, se podría hacer, pero no es lo más relevante de todas las medidas.

“La lista de espera quirúrgica es buena. Ahora empezaremos a medir los resultados en salud”

–Usted ha restado importancia a las listas de espera. Pero es uno de los principales motivos de queja de los pacientes…

–¿Tú que prefieres que te operen mal en una semana o bien dentro de un mes? Lo que más me preocupa es el impacto que ese tiempo de acceso a una prestación sanitaria tiene sobre la salud. Tenemos que medir resultados. Y que conste que no tenemos malos datos. Para operarse somos los terceros de España con dos meses menos que la media, con lo cual la lista de espera quirúrgica para mí es buena. En consultas somos los quintos de España con menos espera. Cuando hacemos las listas de espera metemos todas las consultas juntas, pero no es lo mismo un paciente que tiene un problema cardiológico que otro que tiene un juanete. Tenemos que estratificar mucho más, marcar la lista de espera para cada proceso y proponer para los casos más importantes unos tiempos de espera recomendables, incluso óptimos.

–Aboga por medir resultados, y cuando lo hagan ¿harán públicos los datos?

–Se debería, claro. Montaremos una oficina, no sé cómo se va a llamar, que va a estar orientada exclusivamente a desarrollar estos indicadores de resultados en salud.

–Defiende que las listas de espera son buenas, pero estamos peor que antes de la pandemia. ¿No piensa entonces adoptar algún tipo de medida para rebajarlas?

–Sí, eso también. Pero hay que cambiar el chip con las listas de espera.

–Hay gente que no entiende que tenga que esperar más de dos meses para ir a una consulta de digestivo, por ejemplo…

–Lo entiendo, pero lo que más me preocupa es si en esos meses se produce algún tipo de daño en su calidad de vida.

–En todo caso, ha dicho que no renuncia a rebajar las listas de espera. ¿Qué medidas contempla? ¿Se incrementará la actividad concertada, por ejemplo?

–No entiendo el debate entre público y privado. Soy una persona realista. Es imposible que el sistema funcione si no tienes la ayuda de la privada. Hay que ser prácticos, hay cosas que habrá que concertar, pero tiene que hacerse con unos requisitos, ser pertinente, transparente y homogénea.

–Debe renovarse el concierto con Povisa antes del 31 de agosto. ¿Se va a cambiar el modelo de pago por paciente? ¿Se tendrá en cuenta el envejecimiento de las cartillas?

–Estamos empezando a trabajar, todavía no lo tenemos totalmente desarrollado. No sé todavía el modelo que vamos a utilizar.

–El Ministerio de Sanidad sitúa a Galicia como la penúltima comunidad con menor gasto en Atención Primaria. ¿Está infrafinanciada?

–Discrepo de ese dato. El gasto en Atención Primaria está por encima de la media nacional. Ahora bien, si queremos hacer cosas realmente transformadoras, habrá que invertir más.

–También hay que esperar ahora para ir al médico de familia. En ocasiones hasta una semana…

–Eso no es exactamente así. El 55 por ciento de las cartillas pueden tener acceso a una consulta en dos días. Son datos de mayo. Y el 75 por ciento acude en cuatro días. Habrá sitios que tengan un problema puntual. Ahí habrá que hacer un triaje porque, a lo mejor, hay cosas que pueden esperar diez días. A mí me preocuparía que no viésemos pronto lo que es realmente grave. Y hay un factor que hay que tener en cuenta: a veces existe una sobredemanda no necesaria.

–¿Han calculado cuánto puede ser esa sobredemanda?

–En este momento no, pero se podría calcular qué porcentaje hay de consultas innecesarias porque, por ejemplo, probablemente podamos saber a qué porcentaje de pacientes que van a Primaria no se les hace nada.

–¿Y cómo se pueden reducir estas consultas innecesarias?

–Es cuestión de educación sanitaria. Yo no creo que nadie vaya al médico por deporte. Si yo tengo un moratón, por ejemplo, no iría. Creo que es importante hacer una reflexión sobre por qué en los servicios de urgencias, cuando hay fútbol, no hay nadie. Cuando hablamos de sanidad pensamos que es una cuestión solo de la administración y los profesionales sanitarios, pero nos olvidamos de la tercera pata: los pacientes. Tienen que implicarse en el cuidado del sistema sanitario. No es un reproche. A mí me gustaría que los gallegos fueran los principales cuidadores de sí mismos. Si el médico te dice que tienes que caminar, pues camina.

–Se ha llegado a un acuerdo con los colegios de facultativos sobre el XIDE. Las relaciones entre Sanidade y el colectivo médico han sido tirantes estos últimos años. ¿Se inicia ahora una etapa más pacífica?

–Yo soy médico y tengo buena relación con el colegio de médicos. Entiendo sus inquietudes y reflexiones. La relación es muy cordial. El XIDE es una buena herramienta de gestión. Habrá que trabajar muchísimo más perfeccionándola, por ejemplo, en pediatría, porque se basa en unas preguntas pero ahí contestan los padres. A eso hay que darle una vuelta.

–De la anterior legislatura quedó pendiente la ley que prohíbe el consumo de bebidas energéticas a menores. ¿Se ha retomado su tramitación? ¿Cuando entrará en vigor?

–Es la Ley de Protección de la Salud de los Menores y Prevención de Conductas Adictivas. Está ahora pendiente de unos informes preceptivos antes de ir al Consello de la Xunta y luego al Parlamento. No sé lo que tardará, pero yo confío en que pueda salir este año.



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