El Hobbit es mi libro favorito, y no solo porque tiene una narrativa súper amena, sino por las profundas enseñanzas que ofrece. Usualmente se lo subestima y lo tachan como una simple historia de aventuras. Sin embargo, creo que este libro nos muestra que la vida está llena de momentos inesperados y que nunca es tarde para empezar algo nuevo. No es necesario tener una vida activa a los 20, alcanzar el éxito financiero a los 30 o renunciar a nuevas experiencias a los 60. La aventura, la verdadera aventura, puede encontrarnos en cualquier momento, como le sucede a Bilbo Baggins.

Bilbo comienza, como la mayoría, buscando un mundo de confort y aferrado a las expectativas que le impone la sociedad. Al igual que nosotros, no se aleja de lo que conoce y no se permite reflexionar sobre otras perspectivas de vida, ya que estás tienden a exponernos a lo nuevo, y lo nuevo no siempre es cómodo. 

Una vez leí (en The Hobbit and Philosophy: For When You've Lost Your Dwarves, Your Wizard, and Your Way.) que este libro era parecido a la alegoría de la caverna de Platón: dentro de este mito, tres prisioneros se encuentran encadenados desde su nacimiento en una prisión subterránea. Uno de ellos, se atreve a salir y termina encontrando un mundo mucho más rico y amplio del que alguna vez se hubiese imaginado. Los prisioneros representan a la mayoría de la sociedad, esclava y encadenada a su ignorancia, ya sea por su propia decisión o inconsciencia. Este encadenamiento son nuestras viejas costumbres y prejuicios que no nos dejan ver más allá del panorama que tenemos enfrente nuestro, no importa que tan falso sea. No es fácil salir de estas ataduras, solo a través de un camino difícil y plagado de obstáculos puede uno liberarse de estas falsas creencias y romper el molde en el que una vez estuvimos tan cómodos. 

Yo creo que El Hobbit, en su mayor simpleza, habla de esto. Los Hobbits son criaturas de costumbre. Rara vez salen de sus rutinas, las cuales tanto aman. Pero Bilbo, como el prisionero que se atrevió a salir, descubre que más allá de La Comarca se encuentra un mundo basto rogando ser explorado. Pero esta experiencia no ocurrió de un día para otro, Bilbo tenía 50 años cuando Gandalf fue a buscarlo. 

En el mundo actual, se promueve una fantasía de riqueza rápida y una vida hiperproductiva. Las redes sociales nos venden una versión líquida y efímera de la vida, donde todo pasa de inmediato. Esta perspectiva nos genera ansiedad y una presión constante por tener todo resuelto. Yo misma me veo atrapada en este círculo vicioso. Creo que el Hobbit nos enseña que las cosas toman su tiempo, que no hay que apresurarnos a alcanzar metas impuestas por la sociedad ni sentirnos obligados a seguir el ritmo frenético que nos marcan desde afuera. Como Bilbo, necesitamos parar, respirar y estar dispuestos a explorar el mundo a nuestro propio ritmo. Es un proceso personal, que puede comenzar en cualquier momento.

Por otro lado, una de las filosofías más fuertes del libro es que nadie es demasiado pequeño para hacer una gran diferencia (filosofía que podemos también encontrar en la trilogía del Señor de los Anillos). A veces, son nuestras pequeñas acciones las que cambian el mundo. Si somos honestos con nosotros mismos y con quienes nos rodean, podemos lograr cosas increíbles. El Hobbit es un cuento sobre el ennoblecimiento de los humildes. Bilbo Baggins, un personaje común y corriente, se convierte en un héroe al aceptar desafíos, soportar dificultades y aprovechar fortalezas que ni él mismo sabía que tenía. Sin embargo, a pesar de sus actos heroicos y de todas las nuevas vivencias, Bilbo sigue con los pies en la tierra, reconociéndose como "un individuo bastante pequeño en un mundo tan amplio".

Pero no es sólo esto, a pesar de las grandezas que puede ofrecernos la vida, El Hobbit habla que son los simples placeres los que a veces pueden marcarnos más profundamente. Podemos ver a través de la historia que a pesar de que las cosas van mejorando y que está aprendiendo un montón, Bilbo sigue añorando su cama calentita. Esto, no creo que significa que Bilbo no creció y no puede dejar viejos hábitos. Lo entiendo como alguien que aprende a no pasar cosas por alto. Que a veces no necesitamos un cofre con oro para alcanzar la felicidad. 

Como dice Tolkien a través de Thorin, "sería un mundo más feliz si más de nosotros valoráramos la comida, la alegría y las canciones por encima del oro atesorado".

Una vez más, mi libro favorito es El Hobbit. A través de un héroe poco convencional, aprendí que la humildad, la honestidad, un toque de sabiduría y un poco de valentía son la combinación perfecta para alcanzar las metas que me propongo. Bilbo Baggins, me demostró que la verdadera aventura no tiene edad ni barreras y que es posible desafiar nuestras propias limitaciones y descubrir nuevos horizontes en cualquier etapa de nuestra vida.

Este libro me enseñó a valorar cada experiencia, no importa que tan grande o pequeña sea, y a no subestimar el poder de nuestras propias acciones. En última instancia, creo que me anima a pensar que la verdadera felicidad nace de encontrar satisfacción en las cosas sencillas y en el viaje mismo, más que en la meta final.

Bibliografía: 

The Hobbit and Philosophy: For When You've Lost Your Dwarves, Your Wizard, and Your Way. Eric Bronson y Gregory Bassham.