Las naciones preocupadas por acelerar la descarbonización de sus procesos y su economía a través de las energías renovables ahora se enfrentan a otro gran problema. Europa y particularmente España han invertido en grandes estructuras solares y eólicas y ahora sufre una sobreproducción energética que recae en las tarifas y desestabiliza el sistema energético. La solución más factible no es la más deseada.
Tenemos un problema con las energías renovables: no son pocas, sino demasiadas
El problema es global, pero para España que se ubica entre los primeros puestos en generación de energías renovables en toda Europa el inconveniente parece ser mayor. El desequilibrio entre la oferta y la demanda provoca un excedente eléctrico que se diluye al no contar con una solución viable.
La mayor preocupación para el sistema energético de España se produce cuando existe mayor oferta que demanda de consumo, lo que provoca un descenso de precios en la electricidad que, si bien para el consumidor es bueno, no lo es tanto para atraer inversores a la industria.
Con el objeto de electrificar la economía, el gobierno español ha impulsado fuertemente durante los últimos años la expansión de las energías renovables a través del otorgamiento de subsidios y la quita de los obstáculos burocráticos que allanaron el camino hacia la transición energética.
En este contexto, España ha fijado cubrir el 80% de su consumo eléctrico con energía renovable para el año 2030. El exceso de producción de energía barata está creando nuevos problemas en la economía que espera soluciones urgentes.
El precio de la energía en España se desploma: parece buena noticia, pero tiene «truco»
La sobreproducción de energía renovable está provocando en España y en el resto de Europa una caída significativa de los precios, incluso a niveles negativos. Estas mediciones drásticas suelen darse durante las horas de pico más alto del sol entre las 11 y las 19 horas.
Durante el primer trimestre del año, el precio del megavatio-hora en España fue de 37,02 euros, casi la mitad del promedio europeo de 71,37 euros. Varios son los factores que inciden en la baja de precio de la electricidad y veremos algunos de ellos.
Una de las explicaciones obvias es el aumento de inversiones de estructuras solares y eólicas principalmente que están inyectando más del 50% de energía a la red. Si bien es importante subrayar que no son fuentes previsibles y constantes.
Otro de los factores de incidencia para los expertos es la reducción del consumo global de energía, por un lado, por los nuevos hábitos adquiridos con mayor conciencia ambiental y la crisis energética post invasión de Rusia a Ucrania.
Por otra parte, el exceso de electricidad generado se pierde y no está siendo almacenado para los momentos de mayor demanda. En este sentido, la industria de las renovables en España está perdiendo ganancias.
Según el índice sectorial S&P Global Clean Energy Index, el sector ha caído un 25% en 12 meses y, en España, empresas como Solaria y Acciona Energía han visto desplomarse sus valores en bolsa un 40% y 30% respectivamente este año.
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Una de las alternativas sería aumentar la capacidad de la Red Eléctrica pero la solución llevaría un coste adicional en por el recambio de redes y las fuertes reticencias de las autoridades. Por otro lado, se prevé desplazar la mayor demanda de consumo en horas de abundancia energética.
La solución proveniente de algunos sectores de retomar la discusión de aumentar el número de plantas nucleares no sería contemplada, para un gobierno que ya puso fecha de caducidad escalonada para las existentes.
La idea más viable consiste en generar sistemas de almacenamiento de la electricidad renovable que permitan sostener la sobreproducción de energía en momentos de abundancia y abastecer el consumo en las situaciones demandantes. La transición energética en España ha superado los límites de oferta lo que perjudica la electrificación total de la economía.
