¿La inteligencia artificial puede reducir capacidades?
En estos últimos años hemos visto como la inteligencia artificial (IA) ha avanzado a un ritmo vertiginoso, impactando en numerosos aspectos de nuestra vida diaria. Usamos de forma cotidiana, desde asistentes virtuales hasta sistemas de recomendación en plataformas de streaming. Esta convivencia con la IA en nuestro dÃa a dÃa nos hace plantearnos la pregunta si nos hará perder capacidades.
El PaÃs publica que, es por todos conocido que la IA tiene un gran potencial para la realización de tareas automáticas y repetitivas, en las cuales puede incluso alcanzar mayor precisión que las personas. Esto hace que las personas queden relegadas a tareas relacionadas con destrezas humanas difÃciles de imitar por una máquina, como podrÃan ser la creatividad, la estrategia o la innovación. Y aunque la IA ha mejorado la eficiencia, también estamos viendo inconvenientes como la deshumanización de algunos trabajos.
Esta dependencia que las personas estamos adquiriendo con la IA para tareas cotidianas ya está teniendo algunas consecuencias relacionadas con nuestras capacidades. Hoy en dÃa el uso masivo y continuado del GPS y de aplicaciones de navegación para la movilidad, tanto con el coche como cuando nos dirigimos a un destino caminando, ha hecho que nuestra orientación se haya reducido y que la capacidad de leer mapas de las generaciones más jóvenes sea muy limitada.
También estamos siendo testigos de cómo la ortografÃa y la gramática son cada vez menos conocidas por las personas, debido al uso intensivo de herramientas de corrección automática que incorporan mucha de la tecnologÃa que usamos de forma habitual en nuestro trabajo.
Asà que estamos siendo testigos de un fenómeno de desaprendizaje, y conforme delegamos tareas a la IA, las capacidades que ejercitábamos con esas tareas comienzan a atrofiarse, hasta el punto de que puedan desaparecer totalmente.
En las relaciones sociales destacan habilidades como la empatÃa y la comunicación afectiva, si nuestras relaciones sociales cada vez más se basan en la interacción a través de redes sociales o aplicaciones de mensajerÃa, ¿se podrÃan debilitar también nuestras habilidades sociales o laborales? Todas estas preguntas son dignas de una profunda reflexión.
No se puede evitar pensar en todos estos riesgos, aunque no por ello deberÃamos ver la IA como una amenaza, sino como una tecnologÃa capaz de complementar o ampliar nuestras capacidades en lugar de sustituirlas o reducirlas. Sin duda, habrá una transformación de capacidades y habilidades que será fruto de la capacidad de adaptación que tenemos las personas. La IA y las habilidades humanas deben coexistir y el uso saludable de la inteligencia artificial nos ayudará a conseguir este equilibrio.
La educación, la alfabetización digital, la concienciación y la integración de la IA de una forma inteligente en nuestras vidas nos permitirá que sea un catalizador para mejorar nuestras competitividad y bienestar.
Finalmente, las personas no debemos sólo usar bien la IA, sino que debemos comprender sus limitaciones, sus riesgos y desarrollar habilidades que la complementen. Es importante que aprendamos a aprovechar al máximo sus beneficios, pero sin sacrificar el bien más preciado que tenemos: nuestra humanidad.