Uno de los principales problemas que tienen los habitantes de Florida, un estado que vive un boom económico inigualable, es cómo se ha encarecido el precio para alquiler o comprar propiedades. Mientras que durante la pandemia en otros estados clave como Nueva York o California los precios bajaban y Florida captaba ese éxodo con un creciente encarecimiento en los valores, finalmente se empiezan a estabilizar. Lo hacen, pero a niveles muy elevados que hacen poco asequible.
Según un reciente estudio de Florida Atlantic University, ocho de las nueve ciudades medidas en Florida experimentaron aumentos de alquiler anuales iguales o inferiores al promedio nacional. Sin embargo, los inquilinos en todo el estado todavía están luchando con una crisis de asequibilidad.
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A nivel nacional, los alquileres aumentaron un 4,11% tras año en junio, mientras que los alquileres anuales en las áreas metropolitanas de Florida experimentaron aumentos por debajo de eso. En Palm Bay aumentaron un 4,11%; Deltona, 3,91%; Puerto Norte, 3,66%; Miami, 3,38%; Tampa, 3.11%; Lakeland, 2,52%; Jacksonville, 2,43%; Orlando, 2.33%, según el índice de alquiler de Waller, Weeks and Johnson.
Cape Coral fue el único área metropolitana de Florida con aumentos anuales superiores al promedio nacional: 7,73%. “Esto no significa que los alquileres se hayan vuelto asequibles, ya que los alquileres siguen siendo altos en estas áreas. Simplemente no se están expandiendo tan rápido como antes”, dijo Ken H. Johnson, economista de bienes raíces en la Facultad de Negocios de la FAU y miembro de la Iniciativa de Bienes Raíces en Florida Atlantic University.
Las clases medias que existían anteriormente en la ciudad se ven amenazadas de verse desplazadas por no poder seguir viviendo en su propia ciudad por el creciente costo de la vivienda. Hay una es la creciente desigualdad económica
“El estado está saliendo de una crisis de alquiler y entrando en una crisis de asequibilidad en la que los inquilinos se enfrentan a costos e ingresos crecientes que no aumentan para cubrir esos costos”, apuntó Johnson.
Algunos factores mantienen elevados los alquileres en Florida, con pocas señales de disminución: una afluencia sostenida de personas de otros estados que aún se mudan allí, opciones de trabajo de oficina híbridas que permiten a las personas trabajar desde casa y una cantidad insuficiente de unidades saliendo al mercado para satisfacer la demanda.
“Está tomando más tiempo del necesario para construir en Florida, y todavía estamos expuestos al escenario en el que las tarifas de los apartamentos podrían volver a dispararse si no comenzamos a construir lo suficientemente rápido”, dijo Shelton Weeks, investigador asociado de Florida Gulf Coast University, que también participó del informe. Debido a ello es que resulta posible que algunas personas abandonen el área, ya que el costo de vida es demasiado alto.
Un informe publicado a finales de junio por la misma universidad mostraba cómo se viene encareciendo el estado. Florida continúa dominando la lista de los mercados inmobiliarios más caros, con Cape Coral-Fort Myers, Miami, North Port-Bradenton y Deltona clasificados entre los 10 principales.
De hecho, el salario que se necesita para poder acceder a un alquiler “promedio” y no estar muy apretado con el resto de los costos de vida muestra cómo Miami particularmente se está acercando a las ciudades tradicionalmente más caras del país.
Para eso se tiene en cuenta que los consumidores agobiados por el alquiler gastan el 30% o más de sus ingresos en el alquiler y, por lo tanto, tienen dificultades para pagar otras necesidades, como alimentos y medicamentos. Aquellos que gastan el 50% o más están severamente gravados con la renta.
Para evitar ese “agobio”, el salario promedio necesario para rentar en San José, California, resulta el más oneroso de todo con $131.563 al año. Pero, el resto de las principales ciudades no se queda tan atrás. Se necesita ganar al menos $100.000 al año en Nueva York; Miami; San Francisco; San Diego; Oxnard, California; Boston; Los Angeles; Bridgeport, Connecticut; Honolulú; y Riverside, California.
“No mucha gente gana esa cantidad de dinero. Estos datos ilustran perfectamente lo que hemos estado diciendo sobre una crisis actual de asequibilidad de la vivienda. Los alquileres no están bajando significativamente, si es que bajan, así que hasta que los ingresos aumenten considerablemente, los consumidores en gran parte del país seguirán prescindiendo de sus necesidades básicas”, subrayó Johnson.
Todo esto hace que se hable de los riesgos para el crecimiento de Miami. En diálogo con LPO, Alejandro Portes, profesor de la Universidad de Miami y Princeton, planteó esto en su reciente libro “Emerging Global Cities”.
El estado de Florida está saliendo de una crisis de alquiler y entrando en una crisis de asequibilidad en la que los inquilinos se enfrentan a costos e ingresos crecientes que no aumentan para cubrir esos costos
Portes allí detectó por lo menos tres amenazas existenciales para la consolidación. “Una es la creciente desigualdad económica a medida que llegan estas clases de empresarios, ejecutivos, entre lo que se llaman las clases creativas, que se consolidan en el centro de Brickell que crean una demanda por bienes y servicios. Y el mercado inmobiliario en Miami se ha disparado”, explica.
De esta manera, advierte Portes, las clases medias que existían anteriormente en la ciudad se ven amenazadas de verse desplazadas por no poder seguir viviendo en su propia ciudad por el creciente costo de la vivienda.
“Y ahí hay una fractura muy clara entre las clases afiliadas a esta economía global emergente, financiera, empresarial, etc, y la población trabajadora de la ciudad. Y eso puede crear un problema político y también un problema incluso económico, porque la gente no puede vivir cerca de donde trabaja. Aunque el problema de la fractura económica y la creciente desigualdad no es exclusiva de Miami. Eso pasa en las otras dos ciudades como Nueva York y Londres también”, recordó el sociólogo cubano.
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