Apple declaró al iPhone X como un dispositivo “vintage” u “obsoleto”. Esta clasificación sigue la política interna de la compañía fundada por Steve Jobs, que determina que cualquier móvil que haya estado en el mercado por más de cinco años entra en esta categoría y deja de recibir soporte de reparación con piezas originales.
Lanzado en 2017 en conmemoración del décimo aniversario del primer iPhone, el iPhone X ha llegado a este punto, generando diversas reacciones entre los usuarios y la industria tecnológica.
A pesar de ser etiquetado como “vintage” u o”bsoleto”, los propietarios del iPhone X no deben preocuparse de inmediato por la funcionalidad diaria de sus dispositivos. Aunque el dispositivo dejó de venderse en 2018, siendo sustituido por el iPhone XS y otros modelos subsecuentes, sigue siendo robusto.
Muchas aplicaciones y servicios, cruciales para la experiencia de usuario, continúan siendo compatibles. Es el caso de WhatsApp, ampliamente utilizado, que sigue operando correctamente en dispositivos con iOS 12, sistema operativo aún no desfasado para este modelo.
No obstante, es importante tener en cuenta que algunas aplicaciones específicas podrían perder compatibilidad con versiones antiguas de iOS en el futuro.
Por el momento, las aplicaciones más populares, como Facebook, Instagram y Twitter, han mostrado estar accesibles durante varios años más, lo que sugiere que los usuarios del iPhone X no se verán obligados a realizar un cambio inmediato de dispositivo para acceder a estas plataformas.
El mercado de los videojuegos móviles también ha mantenido su soporte para modelos más antiguos. Juegos populares como Candy Crush y Clash of Clans no verán una disminución en su rendimiento o accesibilidad en el iPhone X.
Esta compatibilidad prolongada es un alivio para muchos, que ven en los dispositivos “vintage” una forma de mantener una experiencia de usuario satisfactoria.
También, aún con la categorización reciente, el iPhone X sigue ofreciendo características notables. En el ámbito de la fotografía y el video, a pesar de no contar con las últimas innovaciones de los modelos más recientes, el dispositivo sigue siendo capaz de capturar imágenes y videos de alta calidad.
Las funciones básicas de comunicación, como llamadas y mensajes de texto, permanecen intactas, acompañadas por el continuo soporte de aplicaciones de redes sociales y mensajería instantánea.
La utilidad del iPhone X se extiende a la navegación GPS, con aplicaciones como Google Maps, Apple Maps y Waze funcionando sin inconvenientes. Aunque uno de los desafíos más significativos podría ser la degradación de la batería, esto no es un problema insuperable.
La batería sigue ofreciendo un rendimiento razonable para el uso cotidiano, y su reemplazo puede llevarse a cabo en servicios técnicos no autorizados por Apple, lo que permite alargar la vida útil del dispositivo de manera considerable.
Otro aspecto a destacar es la compatibilidad del iPhone X con Apple Pay, lo que permite a los usuarios seguir realizando pagos electrónicos de manera segura y eficiente.
Asimismo, aunque el iPhone X ya no recibirá actualizaciones completas del sistema operativo más allá de iOS 16, aún puede obtener parches de seguridad cuando se considere necesario.
Esta práctica es similar a la de mantener dispositivos más antiguos, como el iPhone 5s, con actualizaciones de seguridad, prolongando así su relevancia y funcionalidad.
Del mismo modo, es pertinente considerar que en países como España, la legislación obliga a los fabricantes a ofrecer un mínimo de diez años de repuestos originales para dispositivos vendidos a partir del 1 de enero de ese año. Esta normativa, sin embargo, no aplica al iPhone X.
